Durante meses, fue un misterio, un rumor que cruzaba los portones de Boca Predio. Que con la llegada de Leandro Paredes había un nuevo ritual, que los jugadores se reunían con frecuencia fuera del entrenamiento, todos estaban comprometidos y era casi como una nueva cábala. Y, sobre todo, contribuía a la cohesión de un grupo que había estado al borde del colapso. Pero nadie había presentado pruebas… hasta ahora.
Juan Barinaga rompió el silencio y compartió en sus redes sociales la primera imagen del plantel completo en la casa de Paredes, el anfitrión, el parrillero y el responsable del fuego que se enciende casi todos los miércoles en Canning. Estos asados, que se trasladaron de repente de Boca Predio, se convirtieron en encuentros exclusivos para los futbolistas.
La foto captura a todos los jugadores del plantel sonrientes en el parque. Desde los experimentados Edinson Cavani y Ander Herrera hasta los jóvenes Milton Delgado y Lautaro Di Lollo, sin olvidar a quienes tienen menos continuidad como Nacho Miramón, Agustín Martegani y Frank Fabra.
El ritual se originó a mediados de año, impulsado por Paredes, quien buscó recrear en Boca el espíritu de unión que caracterizaba a la Selección. Desde entonces, los encuentros en su hogar se convirtieron en una práctica habitual. El ambiente se ha vuelto más cohesionado y, según afirman, eso se nota en la cancha.
“Desde que él llegó, el equipo está muy unido; siempre nos juntamos a comer en su casa y en la cancha se nota cuando el equipo está cohesionado, somos una familia”, afirmó uno de los futbolistas xeneizes.
La relevancia de la llegada de Paredes
Paredes transformó no solo el aspecto futbolístico de Boca. Asumió rápidamente un rol de líder dentro y fuera del campo, ocupando el lugar dejado por Marcos Rojo al marcharse a Racing y por Cavani debido a las lesiones. Además, mejoró el clima interno.
Leo sabía que llegaba a un plantel convulsionado, con una fuerte tensión entre los futbolistas y la dirigencia, donde “todo estaba podrido”; los egos generaban cortocircuitos y malestar en Ezeiza, y eso se reflejaba en el campo de juego, en medio de una racha histórica de 12 partidos sin victorias.
Boca Juniors –
Paredes y Cía. mirando la Reserva en Boca Predio
El plantel de Primera siguió el empate 2-2 ante Belgrano, que dejó al equipo de Herrón en la punta de su zona.
En búsqueda de una solución, se acercó rápidamente a Miguel Ángel Russo, manteniendo largas charlas durante los entrenamientos y terminó asumiendo la capitanía. Junto a Cavani y Herrera, referentes y compañeros en el Paris Saint Germain, tomaron las riendas. Cada uno aportando desde su lugar.
Su experiencia como campeón del mundo generó respeto. “La llegada de Lea nos ayudó mucho, como grupo, como equipo… Un jugador de tanta jerarquía que venga e imponga un poco la manera de trabajar, cómo se maneja el grupo“, comentó hace tiempo Battaglia. “Ayudó enormemente al equipo. Creo que fue el elemento que nos faltaba y él lo incorporó al plantel”, sostuvo Barinaga en su momento.
Paredes también se acercó a los más jóvenes para asist ir y alentarlos con mensajes en redes sociales, como hizo después del partido ante Barracas con Milton Delgado y Exequiel Zeballos. “Qué bien jugás, Chelito”, le escribió a su compañero de mediocampo. “Entrá y ganalo”, le dedicó en un posteo al Changuito.
Mucho más que palabras. Mucho más que un asado. Mucho más que una foto. Lo que hasta hace poco era un secreto de vestuario, ahora tiene imagen. Y símbolo: el fuego del capitán que volvió a encender a Boca.








