Las acusaciones de acoso sexual y conductas sexistas contra Roland Romeyer, ex presidente del AS Saint-Étienne, han sacudido los cimientos del fútbol francés, situando en el centro del debate la cultura interna de uno de sus clubes más históricos. Una investigación publicada por el periódico L’Équipe reveló testimonios de varias empleadas que describieron un ambiente laboral plagado de gestos y comentarios inapropiados, lo que provocó una reacción inmediata tanto en la institución como en las autoridades deportivas y judiciales.
El caso fue formalmente abierto a finales de junio de este año, cuando la fiscalía de Saint-Étienne inició una investigación por “acoso y ultrajes sexistas agravados por la relación jerárquica o la minoría” contra Romeyer, quien lideró el club entre 2006 y 2024. Según la información recopilada por el medio francés, los hechos denunciados tuvieron lugar durante su mandato, antes de la venta del club al grupo canadiense Kilmer Sports Ventures.
Las primeras señales de alarma surgieron en septiembre de 2024, tras reuniones internas organizadas en conjunto con la asociación Her Game Too, dedicada a combatir el sexismo en el fútbol. Los testimonios recolectados por el diario deportivo detallan una serie de comportamientos reiterados por parte del ex presidente del club. Empleadas y colaboradoras del AS Saint-Étienne relataron situaciones como intentos de tocamientos inapropiados en los pasillos, besos en las comisuras de los labios, silbidos, tirones de pelo y una lamida en la mejilla al saludar a una trabajadora.
A estos gestos se sumaron comentarios de connotación sexual, como preguntas insinuantes sobre si alguna empleada “ya había pasado por debajo del escritorio” o alusiones al escote de las trabajadoras con frases como “¿Viniste en descapotable?”. El clima descrito por las víctimas era de intimidación y de normalización de estas conductas, amparadas por el estatus y trayectoria de Romeyer en el club.
Ante la gravedad de los testimonios, la nueva dirección del AS Saint-Étienne, liderada por Kilmer Sports Ventures, ordenó una investigación interna entre febrero y mayo de 2025. Un abogado independiente escuchó a catorce personas, incluidos tres hombres. Según el informe al que hace referencia L’Équipe, la mayoría de los entrevistados tendió a minimizar o restar importancia a los hechos, a menudo por miedo a represalias o por estar en posiciones laborales precarias. A través de su abogado Jean-Félix Luciani, Romeyer negó categóricamente todas las acusaciones y afirmó desconocer los hechos que se le imputan, asegurando que se defenderá con determinación cuando corresponda.

La respuesta institucional del club no tardó en llegar. A principios de mes, el AS Saint-Étienne emitió un comunicado en el que condenó “toda forma de violencia y comportamiento inapropiado, tanto en el terreno de juego como fuera de él”, reafirmando su compromiso de colaborar plenamente con la justicia. Ivan Gazidis, director ejecutivo del club, anunció la apertura de una auditoría interna y destacó la intención de la nueva gestión de romper con prácticas del pasado y apostar por la transparencia. Esta postura pretende restaurar la confianza de los socios y la afición en un momento de transición y reconstrucción para la entidad.
El impacto de la investigación se propagó rápidamente. En cuestión de horas, la noticia fue replicada por los medios de información general y deportivos de toda Francia, generando un intenso debate en redes sociales y acelerando la movilización de actores del sector. La asociación Her Game Too celebró la visibilización del caso, subrayando que la cobertura mediática permitió que más mujeres se animaran a denunciar situaciones similares. De hecho, otros clubes comenzaron a recibir testimonios, y la apertura de la palabra se expandió a diversas disciplinas deportivas. Según fuentes institucionales citadas por el diario, el número de denuncias aumentó considerablemente tras la publicación de la investigación, y plataformas como Signal-Sports, dedicadas a la recepción de quejas, experimentaron un renovado interés.
El caso de Romeyer se inscribe en un contexto de profundo cuestionamiento de la gobernanza en el deporte francés. Informes recientes, como el del Instituto IRIS, ya advertían sobre la persistencia de prácticas autoritarias, opacas y sexistas dentro de las estructuras deportivas. La dificultad de los clubes para implementar mecanismos efectivos de prevención y sanción ha sido evidente, así como la brecha entre las expectativas sociales de transparencia y los modos de gestión aún vigentes en entidades históricas. El Ministerio de Deportes, que impulsa desde marzo de 2024 una reforma estructural en el sector, considera que este tipo de revelaciones refuerzan la necesidad de sus esfuerzos. La ley del 8 de marzo de 2024 sobre protección en el deporte, hasta entonces poco difundida, ha adquirido nueva relevancia, y la ampliación de los criterios legales para el reconocimiento del acoso sexual, adoptada en marzo de 2025, podría convertir el caso en un precedente jurídico.
Las repercusiones económicas y de imagen para el AS Saint-Étienne y el fútbol francés son ya evidentes. En un momento en que el sector busca atraer socios internacionales, el escándalo ha debilitado la reputación del club y generado una crisis de confianza entre sus aliados, según ha expresado la prensa francesa.