Un nuevo episodio de violencia sacudió el fútbol argentino. El estadio Rafael Alonso prometía un espectáculo vibrante en el clásico de la Liga de Mendoza, pero todo terminó abruptamente cuando el duelo entre Fray Luis Beltrán y Rodeo del Medio fue suspendido debido a una gresca generalizada.
La decisión del árbitro de interrumpir el encuentro se produjo tras un aumento descontrolado de la tensión en el campo, dejando en suspenso la definición del partido y trasladando la resolución al Tribunal de Disciplina de la competición.
El desarrollo del partido había transcurrido con intensidad y un ambiente cargado de expectativas, evidenciado en las tribunas y el despliegue de un colorido tradicional que acompaña cada enfrentamiento entre estos equipos de la región. Sin embargo, el clima se tornó hostil a los 45 minutos del primer tiempo, cuando una jugada polémica desató los disturbios.
En ese momento, el delantero de Rodeo del Medio, David Pizarro, cayó al césped tras un contacto con Fernando Mesa, pero el árbitro Matías Fernández ignoró la infracción. La reacción inmediata del atacante, que se levantó para protestar, culminó en su expulsión, ya que el juez consideró que su protesta era desmedida.
La tarjeta roja directa a Pizarro desencadenó el primer enfrentamiento colectivo, que se extendió por un tiempo prolongado e involucró a los jugadores de ambos equipos, la terna arbitral y el personal de seguridad privada, quienes intentaron restablecer el orden en el campo. Tras la reanudación, Fray Luis Beltrán logró abrir el marcador gracias a un lateral cobrado por Ortega, que continuó con la intervención de Nicolás Arce hasta que Iván Villarreal concretó el codiciado 1 a 0.
El final de la primera etapa no trajo la calma. Al sonar el silbato que indicaba el cierre para el ingreso de los futbolistas a los vestuarios, se generó un nuevo tumulto protagonizado por el capitán de Rodeo del Medio, Misael Torres, quien fue expulsado tras un intercambio acalorado. Las imágenes que circularon en las redes sociales mostraron cómo el jugador empujó en dos ocasiones a un miembro de la seguridad privada, lo que provocó la caída del agente y agravó la situación.
Resultó llamativo que, en las tribunas, algunos hinchas con trompetas y bombos comenzaron a entonar las estrofas de la popular zaga de Rocky. Como si se tratara de una escena surrealista, estas imágenes aportaron un toque de humor a un episodio lamentable.
Ante la escalada de violencia y la imposibilidad de controlar a los involucrados, Matías Fernández decidió suspender el clásico. Ahora, la reanudación del encuentro y las posibles sanciones dependerán del Tribunal de Disciplina de la Liga Mendocina, que deberá analizar lo sucedido y determinar las acciones pertinentes.