España presentó en Konya una de las más grandes exhibiciones en las eliminatorias para la Copa del Mundo, logrando una victoria contundente por 0-6 sobre Turquía. El equipo, bajo la dirección de Luis de la Fuente, conquistó la ciudad turca con un ritmo arrollador, sellando el partido con un triplete de Mikel Merino, un doblete de Pedri y otro gol de Ferran Torres. Sin duda, ha sido una de las actuaciones más sólidas de la Roja, tras la Eurocopa de 2024 donde se consagraron campeones europeos.
Desde el inicio, España dominó el partido ante una Turquía que no halló respuestas. En el minuto seis, Pedri abrió el marcador con un potente disparo desde fuera del área tras un recorte, fijando el tono del encuentro y silenciando el estadio repleto de Büyükşehir Belediy. Después de su primer gol, Merino anotó dos más antes del descanso.
La superioridad del equipo visitante no solo se evidenció en la diferencia de goles, sino también en la cantidad de oportunidades generadas frente a una defensa turca que sufrió constantemente. Así, el rendimiento de la Roja dejó sin argumentos a los locales, avanzando firme en la fase de clasificación como líder del Grupo E.
El desafío era significativo. Turquía, considerada principal rival por un lugar directo al Mundial, trasladó su localía de Estambul a Konya, buscando un ambiente tradicionalmente hostil para el visitante. La respuesta de España fue inmediata; en apenas seis minutos, un inicio frenético y un fútbol dinámico llevaron al primer gol de Pedri, quien definió con potencia tras un recorte. El portero Cakir, figura turca, había desviado previamente los intentos de Unai Simón y atajó un disparo de Nico Williams, quien empezaba a generar peligro constante por la banda.
El recital de España combinó intensidad, calma con el balón, brillantez en la asociación y una verticalidad que desarmó a los defensores locales. Jugadores como Lamine Yamal y Williams implementaron la estrategia de uno contra uno en ambas bandas. La presión local apenas resistió el primer cuarto de hora, mientras el equipo de Luis de la Fuente ya dominaba con seguridad la posesión y la agilidad en el ataque.
A los 22 minutos, la circulación de balón culminó en una jugada colectiva que resultó en el primer gol de Mikel Merino, quien sorprendió a la defensa turca y definió con solvencia. El dominio español se reflejaba en cada línea, con una defensa impecable y ayudas constantes para frenar las escasas reacciones lideradas por Arda Güler o Kenan Yildiz. La superioridad fue evidente en cada tramo del partido.
En el tiempo añadido de la primera mitad, Merino anotó el tercero tras aprovechar otra acción colectiva. El festival ofensivo solo podía apuntar a una goleada histórica, como menciona EFE. La primera parte dejó el choque prácticamente decidido, aunque el equipo recibió instrucciones claras de su entrenador para evitar relajaciones tras el descanso.
El equipo turco, respaldado por los 42.000 aficionados presentes, solo halló aire ante algunas incursiones erráticas. La Roja respondía con transiciones rápidas y una presión alta que no dio respiro a los locales. La movilidad de Nico Williams fue clave hasta su sustitución, ya que no logró completar la primera parte tras sentir “un intenso dolor” muscular en la zona del pubis, según confirmaron fuentes médicas del combinado español. Su salida en el minuto 44 permitió el ingreso de Ferran Torres, quien también se sumó a la lista de goleadores.
La continuación destacó el hambre competitivo de la Roja. Apenas iniciado el segundo tiempo, Ferran concluyó un contragolpe letal marcando el cuarto gol en el minuto 53, tras una asistencia precisa de Lamine Yamal. El asedio español no cesaba y cinco minutos más tarde, Merino selló su noche mágica completando su primer hat-trick como internacional, resolviendo con un disparo de zurda a la escuadra.
La celebración continuó con el sexto gol de Pedri en el minuto 62, resultado de una jugada entre Oyarzabal y el mediocentro canario, quien solo tuvo que empujar el balón a la red. Oyarzabal, De Frutos y Rodri sumaron minutos en un tramo final marcado por el dominio visitante y la gestión de esfuerzos ante la ventaja en el marcador.
El resultado final consolida a España como líder en solitario del grupo, con dos victorias acumulando nueve goles y la portería en cero. Este balance reafirma la candidatura de la actual generación, que mezcla talento joven y experiencia, bajo la guía de Luis de la Fuente. La única nota preocupante de la noche la protagonizó Nico Williams, cuya evolución marcará su disponibilidad para los próximos encuentros. Con tiempo hasta el siguiente partido oficial, el cuerpo técnico confía en la recuperación del extremo del Athletic Club de Bilbao.
*Con información de EFE
