Evaristo Arrias partió hacia Roma, desde donde se trasladó a la ciudad de Foligno, en la región de Umbría, muy cercana a Perugia. El actual jugador de la división Menores de 19 años del Club Tilcara, será parte del proyecto deportivo del Foligno Rugby ASD para la temporada 2025/2026.
Este vínculo no es casual. El director deportivo del Foligno es el paranaense Daniel ‘Pollo’ Insaurralde, exjugador del Club Atlético Estudiantes y actual entrenador del plantel superior de la escuadra italiana. Él será quien reciba a Evaristo en un club cuya Primera División disputa la Serie C1. Allí, el entrerriano también colaborará con las categorías U18 y U16, bajo la dirección de los entrenadores Davide Luzzi y Luca Mion.
El plan de pretemporada será intenso esta semana. En este contexto, el joven back paranaense compartió sus impresiones sobre esta oportunidad que lo llevará a crecer tanto dentro como fuera de la cancha.
EN BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD
–¿Cómo surgió la posibilidad de sumarte al proyecto del Foligno Rugby y qué sentiste cuando se confirmó?
–La posibilidad surgió mientras conversaba con mi papá sobre mi futuro y, a partir de eso, comenzamos a buscar opciones. Nos pusimos en contacto con el “Pollo” Insaurralde, con quien mantuvimos diversas charlas que nos fueron guiando hacia este logro. Cuando se confirmó, sentí una gran felicidad. Era algo por lo que había estado trabajando durante más de un año y, gracias al club que me abrió las puertas, voy a poder concretarlo. En principio es por una temporada, pero mi deseo es, si se presenta la oportunidad, extender mi estadía y hacer mi camino allá.
–¿Qué expectativas y objetivos tenés tanto en lo deportivo como en lo personal?
–En el ámbito deportivo, deseo adaptarme, aprender otra forma de jugar al rugby y, como en todo en la vida, hacer lo posible para llegar lo más lejos que pueda. En lo personal, es una oportunidad maravillosa para aprender un nuevo idioma, enfrentar nuevos desafíos, ampliar mi círculo de amigos y muchas cosas más.
–¿Cómo te preparás para afrontar esta exigente pretemporada y adaptarte a un nuevo entorno?
–Estoy trabajando arduamente para llegar en la mejor forma física posible. He entendido que allí se juega un rugby muy físico, así que me estoy enfocando bastante en eso. También estoy estudiando el idioma para adaptarme rápidamente y aprovechar la experiencia. Respecto a la rutina, aún no la conozco del todo, pero sé que los aspectos centrales serán el gimnasio, el rugby y el estudio.
–¿Qué sabés del club y del rugby italiano?
–Sé que el Foligno es un club en constante crecimiento, con personas dispuestas a ayudar. Creo que mi integración será positiva, voy con muchas ganas de conocer gente y aportar buena energía. La presencia del “Pollo” Insaurralde influirá de manera muy positiva, ya que fue él quien nos contactó y llevó adelante todo el proceso.
EL ROL DE LA FAMILIA
El apellido Arrías es sinónimo de rugby, y en particular, del Club Tilcara. Manuel, el abuelo de Evaristo, fue jugador y entrenador de la entidad con sede en Sauce Montrull. Su padre Alejandro, así como sus tíos, Sebastián y Martín, también fueron jugadores y son técnicos en la actualidad. Sus primos: Estanislao se desempeña en Córdoba Athletic, mientras que Faustino juega en Tilcara. Iñaki, por su parte, es piloto automovilístico, y sus primas están comprometidas con el hockey sobre césped. En resumen, es casi imposible no ser un apasionado del deporte siendo un Arrías.
–¿Qué rol tuvo tu familia y el Club Tilcara en este camino?
–Mi familia siempre ha tenido un papel fundamental. Desde los días en que mi padre me llevaba al club recién nacido, hasta hoy, que mi tío y él me entrenan. Mi primo Estanislao siempre estuvo dispuesto a enseñarme a patear, y mi abuelo “Paco” fue el encargado de inculcar el rugby en la familia. Cada entrenador que tuve me dejó algo valioso para mejorar. Siempre me apoyaron en todas mis decisiones, y eso facilitó la elección de irme.
–¿Qué mensaje le darías a otros chicos que sueñan con vivir algo así?
–Que siempre apuesten por lo que les apasiona, que se atrevan a salir de su zona de confort y busquen un poquito más cada día, porque a la larga se termina dando. Y que disfruten de lo que les gusta; en mi caso, jugar al rugby.