El Gran Premio de Singapur de la Fórmula 1 se prepara para una nueva edición marcada por el extremo calor, lo que derivó en la implementación de sistemas de refrigeración para los pilotos, una medida impulsada tras las duras condiciones vividas en la carrera de Qatar en 2023, donde varios competidores debieron recibir asistencia médica por el calor extremo.
Esta iniciativa, homologada por la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), llega en uno de los escenarios más exigentes del calendario, con temperaturas previstas que superarán los 31 °C (87,8 °F) y una humedad cercana al 80 %. Según informó el organismo en un comunicado oficial, la prueba aparece por primera vez declarada formalmente de “riesgo por calor”, lo que obliga a los equipos a adoptar dispositivos específicos para preservar la seguridad de los protagonistas.
La FIA determinó que en este fin de semana será obligatorio incorporar unos sistemas de refrigeración en los monoplazas durante la carrera en el circuito callejero (pesan 5 kg) y habilitó la opción para que los pilotos puedan usar chalecos refrigerantes opcionales, que representará un lastre adicional para el monoplaza. De acuerdo con las regulaciones, su utilización es voluntaria, pero en caso de no utilizarlo, los equipos deben añadir medio kilogramo extra en el peso total del vehículo.
El desafío físico que plantea Singapur tiene pocos precedentes en la Fórmula 1. El trazado urbano de Marina Bay se distingue por sus curvas cerradas, la falta de zonas de ventilación y las elevadas temperaturas dentro del habitáculo, donde la sensación térmica puede llegar a los 55 °C. Según el medio especializado Soy Motor, las condiciones previstas para el domingo representan “una brutal jornada de dos horas”, con humedades cercanas al 74% y temperaturas interiores que superan los umbrales de seguridad.

La tecnología adoptada por la Máxima consiste en un traje interno equipado con 50 metros de conductos por donde circula un líquido refrigerante, gestionado por un microprocesador y una caja instalada dentro del monoplaza. Todo el sistema cumple los estándares de resistencia al fuego, una de las exigencias clave de la FIA para permitir su uso en competición. El dispositivo fue desarrollado por la empresa Chillout Motorsports bajo el nombre Cypher Pro Micro Cooler y funciona de manera autónoma respecto a la energía del coche, aunque para 2026 se prevé que pase a integrarse en el sistema eléctrico y se convierta en un elemento obligatorio, similar a dispositivos de seguridad actuales como el halo.
La puesta en práctica de este avance tendrá como protagonistas a los pilotos de Aston Martin, Fernando Alonso y Lance Stroll. La escudería confirmó que ambos emplearán el chaleco refrigerante durante la carrera en Singapur. El director técnico del equipo, Enrico Cardile, destacó la relevancia de este recurso, sobre todo ante las penalizaciones en la eficiencia aerodinámica que implica aumentar las aberturas para el flujo de aire: “En términos del coche, caminas sobre una delgada línea entre mantenerlo fresco y la eficiencia aerodinámica. Para gestionar las temperaturas podemos abrir las branquias en la tapa del motor y en los pontones para dejar escapar aire caliente, o usar conductos de freno más grandes, pero ambas opciones penalizan la eficiencia aerodinámica y la velocidad punta, así que hay que equilibrarlo”.
El propio Alonso ya probó el sistema durante la segunda sesión libre (FP2) en Monza, durante el GP de Italia, en condiciones menos extremas, lo que permitió a Aston Martin evaluar su rendimiento antes de enfrentarse al intenso calor asiático.
El umbral fijado por la FIA para activar estos sistemas parte de los 31 °C de temperatura ambiente, medidos a través de cuatro estaciones instaladas en cada circuito, en lugar de referirse al calor interno de los coches, que suele alcanzar los 60 °C. El objetivo del dispositivo es reducir el desgaste físico de los pilotos, quienes pueden perder hasta cuatro kilogramos de peso corporal en carreras de este tipo. El siete veces campeón mundial Lewis Hamilton reconoció públicamente: “Puedo bajar hasta 4 kilos por carrera, en una hora y 45 minutos. Es como ir sobre rieles”, y calificó la experiencia en Singapur de “terrible”.
Es la primera vez que la Federación emite una advertencia de este tipo y dicta instrucciones concretas para todos los equipos. Las últimas previsiones climáticas, según reportes de medios internacionales, apuntan a sensaciones térmicas equivalentes a 39 °C en pista, lo que convierte a la cita asiática en un verdadero examen de resistencia para pilotos y monoplazas.
“Para los pilotos, tomar mucho líquido antes de la carrera es vital para evitar la deshidratación, porque eso puede afectar la concentración y provocar errores. Singapur castiga incluso los más pequeños despistes debido a la cercanía de los muros. Lance y Fernando intentarán mantenerse lo más frescos posible, así que llevarán chalecos de refrigeración aprobados por la FIA para regular su temperatura interna”, agregó el director técnico de Aston Martin.
Por su parte, el piloto Franco Colapinto resumió la postura del paddock respecto de la carrera: “Singapur es conocido por ser uno de los circuitos más exigentes físicamente de la temporada debido a la temperatura y la humedad. Las condiciones son un desafío para cualquier piloto y será una verdadera prueba ver cómo se adapta mi cuerpo a las exigencias de conducir un coche de Fórmula 1”.
