Fueron campeones del mundo Sub 20 con Maradona y ahora vende seguros de vida: ‘El equipo de Placente me recuerda al de Menotti’

La historia que los talentos de Diego Placente intentarán revivir por séptima vez este domingo comenzó hace 46 años y a 18.370 kilómetros de distancia. En el Estadio Olímpico de Tokio, la Selección Argentina Sub 20, bajo la dirección de César Luis Menotti —ya consagrado como campeón con la Mayor en 1978—, se alzó con el primer título mundial juvenil en 1979. Entre los protagonistas de esa generación se encontraba Osvaldo Rinaldi, un miembro de un equipo que, con un Diego Maradona brillante al que el mundo comenzaba a conocer, escribió la primera gran página en la historia del fútbol juvenil argentino. En la antesala de una nueva final Sub 20, Rinaldi evoca aquella Selección: el legado de Menotti, Maradona y las similitudes con el presente.

ArgentinA:Osvaldo Esucudero7, Juan Barbas8, Ramon Diaz9, Gabriel Calderon11, Ruben Rossi6,,Osvaldo Rinaldi13, Abelardo Carabelli4,  Juan Simon2, Sergio Garcia1, Hugo Alves3,Diego Maradona10, semifinal of FIFA World Youth Tokyo79, Argentine 2-0 Uruguay at Tokyo in Japan 4/9/1979
MUNDIAL 1979 FORMACION DE ARGENTINAArgentinA:Osvaldo Esucudero7, Juan Barbas8, Ramon Diaz9, Gabriel Calderon11, Ruben Rossi6, Osvaldo Rinaldi13, Abelardo Carabelli4, Juan Simon2, Sergio Garcia1, Hugo Alves3, Diego Maradona10, semifinal del Mundial Juvenil Tokio79, Argentina 2-0 Uruguay en Tokio, Japón 4/9/1979
MUNDIAL 1979 FORMACION DE ARGENTINA

-¿Se siguen reuniendo con el plantel campeón del 79?

-Casi siempre intentamos juntarnos a jugar… bueno, o al menos lo intentamos, ja. Lo importante es que entramos a la cancha y la pasamos bien. Cada año tratamos de hacerlo porque nos divierte reencontrarnos. De aquel equipo juvenil de Japón quedó un grupo realmente muy unido.

-¿El juvenil genera grandes amistades?

-Sí, la relación es increíble. Mantenemos el contacto de forma constante, siempre atentos a cómo está cada uno. Eso se siente en el corazón y en el cuerpo, una conexión que nació en aquel Mundial hace muchos años. Esa experiencia nos marcó y nos mantuvo cerca.

La campaña de aquella Sub 20 fue impecable. Con seis puntos, Argentina lideró el grupo 2 tras ganar los tres partidos de la fase inicial (en ese entonces, cada triunfo otorgaba dos puntos). En cuartos de final goleó 5-0 a Argelia, en semifinales venció 2-0 a Uruguay y, en la gran final, se impuso 2-1 ante la Unión Soviética.

La foto de Diego con el trofeo.La foto de Diego con el trofeo.

-¿Qué opinas de los chicos actuales? ¿Te recuerdan a los campeones del 79?

-Todos los equipos que llegan a una final me hacen recordar a ese grupo, pero estos chicos, en particular, juegan muy bien. Tienen un gran manejo del balón, reflejan la escuela de Scaloni, de Placente y de todo el cuerpo técnico que los acompaña. Al final, los resultados pueden variar, como nos dijo el Flaco Menotti antes de la final con los soviéticos…

Foto: Lucía MerleFoto: Lucía Merle

-Fue un día antes del partido. Justo antes de la charla, vino y nos dijo: “Muchachos, ya está”. Nos quedamos paralizados, sin entender. Y enseguida añadió: “Ya está, para mí jugaron bien, y eso es lo más importante. Mañana puede ocurrir cualquier cosa, el partido puede tornarse accidentado o pueden recibir un gol. Si eso sucede, agarren la pelota, métanla abajo del brazo, caminen hasta la mitad de la cancha, saquen del medio y sigan jugando igual, que tal vez lo remontan”. Eso les diría a estos chicos: ya han demostrado que juegan de maravilla y darán todo, pero el fútbol también tiene su componente de suerte. Lo fundamental es contar con una guía desde el vestuario para sobreponerse en estas finales.

Rinaldi jugando con la Argentina.Rinaldi jugando con la Argentina.

-¿En ese momento Maradona ya era Maradona?

-Diego nunca fue una promesa; siempre fue una realidad. Yo creo que incluso la patada que le dio a Doña Tota debió haber sido especial. Ten en cuenta que cuando vino con nosotros a Japón, ya había vivido la experiencia de no participar en el Mundial 78. ¡Tenía solo 18 años! El mismo técnico que lo dejó fuera fue el que luego asumió el equipo juvenil y lo puso a jugar. Y Diego llegó, fue nuestro capitán, lo golpearon mucho y aun así logró todo lo que logró. Desde siempre fue diferente: nunca fue un juvenil, siempre fue una realidad.

Aquel Sub 20 sirvió de trampolín para varios futbolistas que luego tuvieron una destacada carrera en el fútbol argentino. Uno de ellos fue Osvaldo Rinaldi, quien ya había debutado en la Primera División de San Lorenzo, entonces dirigido por Carlos Salvador Bilardo. En el Ciclón jugó entre 1978 y 1981, antes de continuar su trayectoria en Loma Negra, Racing, River —con el que se consagró campeón de la Copa Intercontinental 1986— y Huracán.

Osvaldo Rinaldi, en San Lorenzo.Osvaldo Rinaldi, en San Lorenzo.

-¿Qué similitudes encuentras entre aquel equipo del Flaco Menotti y este de Placente?

-Muchas, porque en el fondo el fútbol es uno solo. Para que te hagas una idea: en esa época, el Flaco me dirigía en la Selección y Bilardo en San Lorenzo, y yo jugaba con los dos. Las diferencias entre ellos, en realidad, no eran tantas como se decía. Bilardo nunca me dijo que jugaba mal, ni Menotti me pidió que entrenara de otra manera. Se reían. Cuando iba a entrenar con Bilardo, me gritaba: “¡Menotti, vení para acá!”, y cuando estaba con el Flaco, me decía: “Rinaldi, deja los alfileres afuera antes de entrar, ja”. Se lo tomaban con humor porque sabían que el fútbol es uno solo.

-Bueno, pero la diferencia entre escuelas está marcada…

-Claro, no lo niego. César apuntaba más al buen manejo del balón, al juego en equipo, a la estética. Pero, en definitiva, todos trabajan en equipo y todos aportan algo. Este Sub 20 tiene un excelente trato del balón y, en ese sentido, se asemeja a la Selección Mayor.

-¿Qué similitudes encuentras entre esta Sub 20 y la Mayor?

-Los movimientos, las formas de jugar. Es similar porque estas competencias sirven para preparar a los chicos, para que cuando llegue el momento, estén listos para dar esa importante transición.

EFE/ Esteban GarayEFE/ Esteban Garay

-¿Qué te genera ver a este equipo?

-Me encanta, me recuerda mucho a nosotros. Pero creo que es un equipo más completo, porque no tiene un Messi o un Maradona alrededor del cual gire todo. Nosotros teníamos figuras excepcionales, y todo se estructuraba en torno a ellas. En cambio, este grupo se complementa y se acopla, lo que lo hace muy sólido y muy colectivo. Ese es un gran mérito de Placente.

-¿Hay algún apellido que te llame especialmente la atención?

-No me gusta destacar a uno solo, porque me gusta el equipo en su conjunto. Pero Mateo Silvetti me impresiona mucho. Le veo inteligencia, personalidad y olfato de gol. Si sabe aprovechar esas condiciones, puede convertirse en un delantero importante.

Mateo Silvetti, figura del Sub 20. EFE/ Osvaldo VillarroelMateo Silvetti, figura del Sub 20. EFE/ Osvaldo Villarroel

Su vida después de la pelota

Al colgar los botines, Rinaldi optó por un camino poco habitual para un exfutbolista y se especializó en el ámbito de los seguros. “Después de dejar el fútbol, me dediqué a la protección de seguros de vida y jubilación. Principalmente en Argentina, vendiendo para muchas compañías. Yo soy productor de seguros y tengo una organización. Asimismo, como entretenimiento, hice el curso de director técnico. Estoy matriculado como director técnico de fútbol”, declaró a Olé.

Una de las razones que lo llevaron a dedicarse a este particular campo fue su propia experiencia al retirarse del fútbol. Cuando decidió concluir su carrera, Rinaldi se enfrentó a una realidad incierta, sin la estabilidad económica ni las oportunidades que hoy suelen tener los futbolistas. Esa etapa de transición lo impactó profundamente: entendió la falta de preparación que muchos jugadores tienen para afrontar la vida post-retiro y la necesidad de contar con un respaldo económico y emocional.

Osvaldo Rinaldi con Olé.Osvaldo Rinaldi con Olé.

Esa experiencia personal se convirtió en su motor. Decidió capacitarse y aprender sobre seguros, ahorro y planificación a largo plazo para ganarse la vida. Con el tiempo, transformó esa vivencia en una vocación. Además, Rinaldi descubrió en el coaching emocional una herramienta esencial para complementar su trabajo. “Capacité gente y aprendí a ser coach emocional para poder trabajar en esto. Y le vendo mi servicio a muchas empresas”, agregó. Esta formación le permitió aplicar una visión más humana a su labor.