La eliminación de la Copa Argentina fue otro temblor de gran magnitud que sacudió a un River que, a pesar de la adversidad, continúa en pie. El Clausura y la clasificación a la Copa Libertadores 2026 no compensarán un 2025 que dejará estragos, aunque obtener ambos objetivos facilitaría la reconstrucción de los cimientos. Con tres finales por delante, incluyendo el superclásico, vencer a Gimnasia será fundamental para calmar la tensión del hincha en el Monumental. Esta necesidad se alinea con la búsqueda de Marcelo Gallardo de provocar una reacción en el plantel en una semana especialmente crucial, tanto a nivel anímico como en la preparación.
Convencido de “no claudicar” y de que la situación se puede revertir, sensación que transmitió ante los micrófonos en su último monólogo en el Kempes (respondió una sola pregunta) y también puertas adentro en el Camp, MG sabe que, además de lo emocional, debe enfocarse en la imagen que debe proyectar en la cancha el once inicial que elija, aquellos que se enfrentarán a más de 80 mil jurados que serán rigurosos al evaluar cada acción y no pasarán por alto ni el mínimo error.
La actitud será innegociable frente al Lobo, y esa necesidad urgente hace que no sorprenda que este miércoles por la mañana el DT haya decidido organizar la segunda práctica intensa consecutiva de la semana en Ezeiza.
Luego de un martes enfocado estrictamente en lo físico, el Muñeco agregó la pelota a los ejercicios con un grado adicional de energía, un extra que resulta positivo en medio de un mal momento del que se está saliendo a través del trabajo, pero sobre todo, para aprovechar que, al menos, el calendario le favorece. Porque tras mucho tiempo, el cuerpo técnico pudo planificar una semana tradicional de seis días de trabajo. Además, el hecho de que el lunes no haya sido libre le permitió a Gallardo exigir más al plantel.
Con Driussi, Costantini y Pezzella como únicos lesionados y sin Dadín, De la Cuesta, Thiago Acosta y Meza Jr., quienes se unieron a Ruberto para disputar como titulares en Reserva frente a Vélez, Gallardo deberá comenzar a tomar decisiones en la primera práctica de fútbol de la semana (jueves, desde las 17), incluyendo si mantiene una mano dura en el equipo y si preserva o no a los tres jugadores con cuatro amarillas (Rivero, Martínez Quarta y Acuña), quienes podrían perderse el duelo en la Bombonera.
En momentos en que River atraviesa una repentina crisis futbolística, Gallardo deberá penetrar en la mentalidad de cada jugador para lograr, unidos, una reacción inmediata. Y en esa mezcla de sentimientos que planean sobre Núñez, el entrenador trabaja intensamente…








