El clásico contra San Lorenzo en el Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini tuvo la presencia de un espectador especial. Gustavo Quinteros, el nuevo timonel de Independiente, se encontraba en la platea observando de cerca a sus futuros dirigidos. Aún sin dirigir ni una sola práctica, ya ha comenzado a tomar notas.
Su presentación oficial será el lunes al mediodía, alrededor de las 12, y el martes, de forma apresurada, el entrenador de 60 años se vestirá de buzo para preparar nada menos que su debut en el derbi de Avellaneda contra Racing. Se trata de su primer examen en un contexto de máxima presión, siguiendo la tradición del club.
Su llegada fue rápida. Lo que comenzó el lunes 15 con charlas por Zoom, rápidamente se transformó en un acuerdo: Quinteros interrumpió sus vacaciones en Miami, voló el jueves hacia Ezeiza y firmó un contrato hasta diciembre de 2026. Si bien su paso por Gremio no fue exitoso (18 partidos, ocho victorias, cinco empates y cinco derrotas), en Vélez se consagró campeón y dejó una huella significativa.
El Rojo necesitaba un salvavidas urgente. Por eso, Quinteros asumirá el rol de bombero. Es consciente de que no será sencillo: en sus primeras declaraciones, solicitó paciencia. Su meta inmediata es sumar puntos en esta fase final, mientras que su objetivo a largo plazo es, para 2026, estar completamente inmerso en la lucha por los títulos.
La historia muestra que no es la primera vez que Independiente lo busca. En 2022, tras la salida de Julio César Falcioni, Quinteros era el candidato señalado, pero declinó la propuesta y finalmente asumió Leandro Stilitano, quien era su asistente en Colo Colo. Esta vez no dudó: aceptó y ahora enfrenta uno de los retos más desafiantes de su carrera.
Con Racing en el horizonte inmediato y la necesidad urgente de romper la racha negativa, Quinteros ya experimenta el mundo de Independiente desde dentro. Y el hincha, entre la urgencia y la esperanza, lo espera con los brazos abiertos.

