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Hannah Hampton, la héroe de Inglaterra en la Euro femenina tras atajar dos penales ante España a pesar de su problema visual

Hannah Hampton tapó dos penales en la tanda que definió la final ante España. “Cuando sirvo un vaso de agua, lo fallo si no lo estoy sosteniendo… Yo simplemente lo derramo en los zapatos”, llegó a confesar sobre su condición

27 de julio de 2025
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La Eurocopa Femenina 2025 quedó marcada por una imagen icónica: Hannah Hampton, la arquera de Inglaterra, se convirtió en la figura decisiva de la final frente a España. Su actuación, que incluyó la atajada de dos penales —uno de ellos a la ya legendaria Alexia Putellas—, no solo aseguró el título para las Lionesses, sino que también puso de relieve una conmovedora historia de superación personal que desafía los límites de la lógica médica y deportiva. Hampton, quien padece estrabismo, una condición ocular que afecta gravemente la percepción de profundidad, emergió como la heroína de un torneo en el que desafió pronósticos y expectativas. La guardameta del Chelsea logró lo que muchos consideraban imposible: dominar el arco en la élite del fútbol europeo a pesar de su severa condición visual.

La noche de la final de la Eurocopa Femenina 2025 quedará grabada en la memoria de los aficionados al fútbol. Inglaterra y España empataron 1-1 tras 120 minutos de juego, llevando la decisión a un dramático desempate por penales. En ese escenario, Hampton se convirtió en la protagonista indiscutible, logrando así el segundo título continental consecutivo para las británicas.

El camino de Hampton hacia la final estuvo repleto de actuaciones memorables. En los cuartos de final, enfrentándose a Suecia, la arquera inglesa tuvo un rol clave en la tanda de penales, deteniendo los disparos de Filippa Angeldahl y Sofia Jakobsson, lo que permitió que su equipo avanzara a la siguiente fase. Un detalle destacable es que afrontó ese partido con la nariz ensangrentada, resultado de una colisión en el área durante el tiempo suplementario. “Para ser honesta, realmente no sé qué pasó, todo lo que recuerdo es que fui a buscar la pelota y creo que alguien me dio un codazo”, relató la propia Hampton tras el encuentro.

No era la primera ocasión en que la portera inglesa lidiaba con adversidades físicas dentro del campo. A lo largo de su carrera, ha enfrentado hemorragias nasales y fracturas en los dedos, consecuencias inevitables de su continua lucha contra la imprecisión visual. Cada intervención bajo los tres palos ha sido, según The Athletic, un tributo a la particularidad de su vista y a la determinación con la que desafía los límites de su condición.

El desafío del estrabismo: una batalla desde la infancia

Hannah Hampton nació en Birmingham, Inglaterra, y desde sus primeros días enfrentó un diagnóstico que parecía cerrar las puertas a sus sueños deportivos. El estrabismo, una afección ocular que provoca que un ojo esté desviado respecto al otro, impacta de manera significativa la percepción de profundidad. “No tengo percepción de profundidad, así que no puedo calcular distancias; por eso, ser portera realmente no tiene mucho sentido”, explicó Hampton en declaraciones recogidas por The Athletic.

La portera inglesa ha lidiado con esta condición desde su infancia. Antes de cumplir tres años, ya había pasado por tres cirugías en un intento de corregir el estrabismo, aunque ninguna resultó completamente exitosa. La última operación, realizada en el Hospital Infantil de Birmingham, es la única que recuerda, y hoy en día, Hampton actúa como embajadora de ese centro médico. A los 12 años, tras una revisión médica en el centro de excelencia del Stoke City, recibió el diagnóstico que confirmaba un trastorno en la percepción de la profundidad. El médico del club fue contundente: no tenía sentido que, con esa condición, pudiera jugar como guardameta.



A pesar de las recomendaciones médicas de dejar el fútbol, Hampton persistió. “Simplemente funciona”, afirmó la arquera, desafiando las sentencias que, desde la distancia, parecían inapelables. Se consolidó como una de las mejores porteras de Europa, desmintiendo con cada atajada los límites que otros quisieron imponerle.

La vida cotidiana de Hannah está marcada por los desafíos que le impone su vista. Acciones cotidianas, como servir un vaso de agua, se convierten en pruebas de precisión. “Cuando sirvo un vaso de agua, lo derramo si no lo estoy sosteniendo… Simultáneamente lo echo en los zapatos de alguien”, compartió la portera en una entrevista en el podcast Fozcast junto al exportero inglés Ben Foster, en diciembre de 2021.

Dentro del campo, Hampton debió adaptar su técnica para compensar la falta de percepción de profundidad. “Al principio no sabía que tenía ese problema, y muchas veces la pelota me golpeaba en la cara… Tuve que ajustar mi postura inicial para mantener las manos más adelante. ¡Atrapar un balón no es nada fácil!”, relató a The i Paper. Esta adaptación fue fundamental para su desarrollo como guardameta, permitiéndole anticipar la trayectoria del balón y reducir su margen de error.

Además del estrabismo, Hampton depende de lentes de contacto: uno para corregir la miopía en el ojo izquierdo y otro para la hipermetropía en el derecho. En un partido contra el Tottenham, enfrentó el desafío de jugar con un lente a punto de caerse. Incapaz de ajustarlo con los guantes puestos, pidió a una compañera que le devolviera el balón y lo pateó lo más lejos posible, jugando con un ojo cerrado hasta que pudo resolver el inconveniente.

La carrera de la portera en el fútbol profesional es un testimonio de perseverancia y talento. Tras formarse en el centro de excelencia del Stoke City, se asentó en la Women’s Super League (WSL) durante su paso por el Birmingham City, donde jugó cuatro temporadas como titular. Antes de la temporada 2021/22, se unió al Aston Villa y, en 2023, se incorporó al Chelsea.

En la temporada previa a la Eurocopa Femenina 2025, Hampton logró un triplete doméstico con el Chelsea y recibió el premio Guante de Oro de la WSL, distinciones que consolidaron su estatus como una de las mejores porteras del continente. Su desempeño en la selección inglesa, donde defendió el arco en todos los partidos del torneo, fue clave para que las Lionesses llegaran a la final y retuvieran el título europeo.

A lo largo de su carrera, Hampton ha compartido abiertamente las dificultades y lecciones aprendidas de su condición. “Quiero cambiar la percepción de la gente, porque a mí me dijeron que no debía estar jugando al fútbol, y aquí estoy, en uno de los niveles más altos a los que se puede llegar”, declaró. Su mensaje para quienes enfrentan obstáculos similares es claro: “Siempre hay esperanza“. Inglaterra lo sabe. Y lo celebra.

El festejo de la guardameta

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