La escena ilustra a la perfección el lema que dejó Miguel Ángel Russo en el fútbol argentino: respeto. En cualquier otro contexto, una persona con la camiseta de River y la 10 de Juanfer Quintero en la espalda, caminando por los alrededores de la Bombonera, podría haber suscitado gritos, chicanas e incluso más si un hincha de Boca lo interpretara como una provocación. Sin embargo, en este caso, eso no ocurrió. Esto es lo que Russo ha transmitido y seguirá transmitiendo: una rivalidad sana y siempre bien futbolera.
La imagen sorprendió a todos. A pesar de que, desde la apertura de las puertas de la Bombonera para despedir a Miguelo, diversas camisetas del fútbol argentino desfilaron, desde la azul y oro hasta las de San Lorenzo, Racing, Central y Estudiantes, todos clubes identificados con el DT, también se vieron las de Vélez e Independiente, entre otros. No obstante, la presencia de un hincha del Millonario llamó especialmente la atención.
Sin embargo, como debería ser en cualquier ocasión, este simpatizante del CARP hizo la fila con su ramo en la mano y ingresó al velorio con total normalidad para darle el último adiós al DT, justo frente a un hincha de Boca, también con su camiseta número 10.
A pesar de que Russo amargó al River de Gallardo y le hizo la vida imposible en los últimos superclásicos que dirigió, dejándolo fuera de varios torneos, nunca provocó un escándalo ni generó polémica. De hecho, a pesar de esos resultados adversos, mantuvo una cordial relación con Gallardo, y en cada encuentro hubo risas y abrazos.
Son tan fuertes los valores que sembró Russo en nuestro fútbol que este ejemplo es solo una pequeña muestra de esos frutos.
El hincha de River que le dejó flores a Russo
River Plate –