El plantel de Boca Juniors vivió una noche tensa tras la eliminación en la Copa Argentina. Al regresar al hotel en Santiago del Estero después de la derrota ante Atlético Tucumán, un grupo de hinchas se congregó en la entrada y, protegidos por vallas de seguridad, les propinó insultos y fuertes reclamos. Entre los gritos más repetidos se escucharon expresiones como “están en Boca”, “dan vergüenza” y “respeten la camiseta”. Las críticas individuales se centraron en jugadores como Belmonte, Fabra y Cavani, quienes recibieron comentarios y agravios directos.
Edinson Cavani fue, por ejemplo, instado a “ponerse las pilas”, mientras que Frank Fabra y Javier García escucharon pedidos de retiro y otros improperios. La excepción fue Leandro Paredes, quien recibió ovaciones de los simpatizantes con frases como “enséñales a jugar al fútbol” y “gracias por volver”. Miguel Merentiel también recibió algunos elogios.
Sin embargo, lo que más sorprendió fue el gesto de dolor que mostró Leandro Paredes al subir las escaleras hacia la concentración. El mediocampista encendió las alarmas en Boca Juniors, ya que se lo vio rengueando y con molestias en su pierna derecha, lo cual generó preocupación tanto en los hinchas como en el propio cuerpo técnico.
Durante la salida del estadio y el arribo al hotel del plantel xeneize en Santiago del Estero, Paredes mostró dificultades para caminar, evitando apoyar el pie derecho. Aunque el club aún no ha emitido un parte médico ni confirmado la gravedad de la lesión, la dolencia podría estar relacionada con una fuerte patada recibida a manos de Coronel, delantero rival, tras un cruce durante el partido.
El entrenador, Miguel Ángel Russo, no quedó exento de las reacciones; el mensaje de los hinchas hacia él combinó exigencia y aliento: “Dale, Russo, dale”, le gritaron al ingresar al hotel. Los hinchas también manifestaron su deseo de autocrítica al Consejo de Fútbol, dirigiendo reclamos directos a sus miembros por la situación deportiva e institucional del club.
A la mañana siguiente, el tono de los simpatizantes que se congregaron fuera del hotel fue más amable, con gestos de apoyo hacia algunos futbolistas y hacia Russo. El regreso a Buenos Aires, en cambio, se organizó con discreción y sin contacto con los hinchas: la delegación xeneize salió por una vía privada desde el aeropuerto de Ezeiza y se trasladó directamente al predio de Boca para evitar nuevas tensiones.
Al día siguiente, el ambiente fue algo más tranquilo en el mismo hotel, donde algunos simpatizantes acercaron muestras de apoyo y aliento a jugadores como Merentiel, Pellegrino, Cavani y el propio Russo. Paredes volvió a ser reconocido positivamente por el público presente. Sin embargo, el regreso a Buenos Aires se realizó en estricta reserva. El plantel evitó cualquier contacto con los hinchas y salió por una puerta privada del aeropuerto de Ezeiza, trasladándose directamente al predio de Boca. Russo dispuso día libre para los futbolistas, quienes retomarán las prácticas de cara al próximo compromiso del torneo local.
La situación física de Leandro Paredes será uno de los temas principales en los que se centrará el cuerpo técnico en las próximas horas, que atraviesa una difícil coyuntura deportiva, igualando la peor racha de su historia con diez partidos sin ganar. La incertidumbre sobre la disponibilidad de Paredes para el próximo encuentro ante Huracán, este domingo a las 18:30 en Parque Patricios, se convierte en otro dolor de cabeza para Russo, quien ya enfrenta el descontento de los hinchas y la inestabilidad institucional.
