Y sí… ¿cómo no ilusionarse? En Ipanema ya no solo se ven camisetas rojas y negras: entre la marea de Flamengo, comienzan a destacar los primeros colores de Racing. Algunos hinchas de la Academia se atrevieron a salir con la celeste y blanca, colgar banderas y cantar con fuerza, como si estuvieran en Avellaneda. “Que de la mano, Gustavo Costas, todos la vuelta vamos a dar”, resuena una y otra vez.
Porque, claro, es complicado, nadie lo niega. Pero imposible, nunca. La ilusión permanece intacta, viva, más fuerte que nunca. Y lo más hermoso de todo es la historia que une a estos hinchas con Gustavo Costas, un lazo que va más allá del fútbol. Lo llevan en el alma… y también en la piel.
Los tatuajes de los hinchas.Foto Marcelo Carroll
El tatuaje de Costas
Entre risas y anécdotas, cuentan que una noche, algunos amigos lograron invitar al DT a un asado por el festejo de la Sudamericana. Le escribieron, él respondió y, para sorpresa de todos, apareció. En medio de la emoción, surgió la idea: tatuarse ese gesto histórico, el particular brazo de Costas señalando en el partido contra Corinthians.
La promesa fue clara: si se consagraban, todos se tatuarían. Y así fue. Ese mismo día, en pleno asado, contrataron a un tatuador y uno a uno se grabaron en la piel el brazo de Costas y su firma. “Mayor ídolo de Racing de toda la historia”, afirma uno de los hinchas, orgulloso de llevarlo para siempre.
Copa Libertadores –
Los hinchas de Racing y su historia con Costas
Hoy, esos mismos fanáticos están reunidos en la playa, con la bandera extendida y el mate en mano, aguardando la llegada del plantel. A las seis de la tarde planean ir al hotel a recibir a los jugadores. La fiesta, poco a poco, comienza a invadir Brasil.
Hinchas de Racing.Foto Marcelo Carroll
