El evento, que combina natación, ciclismo y pedestrismo, abarca un total de 51.5 kilómetros en escenarios urbanos y naturales que hacen de esta competencia algo único en Entre Ríos. En esta ocasión, la natación consistirá en 1.500 metros por el río Gualeguaychú; el ciclismo se desarrollará a lo largo de 40 kilómetros en un circuito de dos vueltas, mientras que el trote, o pedestrismo, será de 10 kilómetros, con dos vueltas a un circuito urbano.
Uno de los interrogantes que surgen en la previa es qué sucederá en caso de mal tiempo. En contacto con Radio Nacional y R2820, la organización destacó que la franquicia internacional cuenta con manuales de protocolos para anticipar cualquier eventualidad que pueda presentarse durante la organización, desarrollo o finalización del evento. Esto incluye planes de emergencia coordinados con el municipio y el sistema local de salud y seguridad.
“El atleta y su familia deben sentirse seguros. Nuestro trabajo es garantizar que, incluso si las condiciones climáticas no son ideales, la competencia se lleve a cabo de manera ordenada y cuidada”, expresó Martín Antón, organizador del evento. Además, mencionó que existe un monitoreo constante de la situación climática desde Estados Unidos, con altos niveles de precisión y protocolos bien definidos.
“Estamos en contacto con el sistema de emergencias, el director deportivo y en comunicación continua con Estados Unidos, recabando información casi hora por hora para ver qué sucede”, destacó Antón. Con humor, añadió que “me dijeron que tengo que hablar con alguien del carnaval para que hagan su magia y el domingo no llueva, porque ellos tienen el contacto de San Pedro”, bromeó.
Martín Antón admitió que para la hora de largada, programada para este domingo a las 8.30, se prevén lluvias muy fuertes. En caso de que se materialicen esas condiciones, Antón detalló los posibles escenarios: “Tenemos tres planes. El plan A es un retraso de la prueba, que estamos evaluando si será de 30 minutos o de una hora”.
El plan B contempla: “Si solo hay lluvia y no hay situación de riesgo, la prueba se realiza con normalidad. Sin embargo, en caso de tormenta eléctrica durante la natación, se suspenderá esa disciplina y se pasará directamente al ciclismo. De hecho, se evaluará hasta el viernes al mediodía si hay que cancelar la prueba de natación. Si esto ocurre, convocamos a los competidores al costado de su bicicleta y se lleva a cabo lo que llamamos un ‘rolling start’ de ciclismo: cada tres segundos arranca un ciclista para completar su circuito de 40 kilómetros”.
Acerca de la clasificación en ese escenario alternativo, aclaró: “Contamos con un sistema de timing que corrobora los chips mediante alfombras instaladas en el suelo. El sistema se encarga de registrar el tiempo y realizar la clasificación de manera casi automática”.
El plan C representa “el peor escenario, que nadie desea que ocurra, que es la cancelación total de la prueba. La tormenta eléctrica representa un riesgo elevado para todos: voluntarios, staff y competidores, y, por lo tanto, no se llevará a cabo”, señaló Antón.
Así, la organización disipó las dudas sobre la prueba y enfatizó que el espíritu del Ironman es ser una competencia exigente donde se extreman las medidas de seguridad para su desarrollo. Finalmente, Antón precisó que son “600 personas las que componen el staff para poner en marcha la competencia, incluyendo a los 250 voluntarios confirmados y otras 70 personas que están en lista de espera”.