“No es para cualquiera entrar al campo de juego y jugar, no es para cualquiera sostenerse en este momento. Hay que ver quiénes son los que están más preparados”.
¿Quiénes son los que pueden mantenerse firmes en esta situación? Esa inquietud, que surge de su última conferencia (24/10, post IRM), parece estar presente en la mente de Marcelo Gallardo durante esta semana previa al superclásico. Ya ha probado diferentes alternativas, por lo que surge la interrogante sobre si para jugar en la Bombonera puede ser necesario contar con jugadores de otro tipo de carácter. Este aspecto se ilustra claramente con un nombre y apellido: Enzo Pérez.
Si la decisión de Gallardo se inclina hacia este lado, la figura del capitán parece cobrar fuerza para regresar a un River que necesita a alguien que ponga orden en un escenario caótico dentro del campo. En el contexto de crisis actual y con las emociones a flor de piel, su presencia en la cancha de Boca podría resultar explosiva.
Sin embargo, esta decisión también conlleva riesgos: Enzo, a tres meses y medio de cumplir 40 años, no juega desde el 24/9, cuando recibió siete puntos de sutura en la parte superior de su rodilla izquierda tras el partido contra Palmeiras. Serían 46 días sin actividad al llegar al clásico, un periodo considerable para un jugador que ha hecho de su condición física un pilar a lo largo de su carrera.
En este sentido, resulta sorprendente que el Muñeco no decidiera darle unos minutos de rodaje al menos en el cierre de la derrota del domingo, un partido que incluso podría haber sido su despedida del Monumental como jugador (su contrato, al igual que el del DT, concluye a fin de año).
Aun así, pocos conocen al mendocino tan bien como MG: dada su calidad, tampoco se puede descartar que lo incluya directamente en la formación que enfrente a Boca, algo que el DT evaluará a lo largo de esta semana de entrenamientos. “Estamos en una situación difícil y compleja, pero hay que afrontarla. River tiene que estar el año que viene en Libertadores”, afirmó Pérez antes del último encuentro.
La realidad es que en este River, que se caracteriza por su falta de rendimiento (nunca en la historia se habían perdido cuatro partidos consecutivos en el Monumental), no hay jugadores que se impongan ni hayan asegurado su lugar en la alineación. Esto es evidente en el mediocampo, donde el tándem Castaño-Portillo no logró aprovechar sus oportunidades, haciendo que muchos extrañaran a Enzo.
De todos modos, él no sería el único que podría sumarse si Gallardo decide formar un equipo más experimentado, resguardando a algunos jóvenes que tuvieron minutos este domingo (Subiabre, Jaime, Lencina): entre los héroes de Madrid, también se encuentra Nacho Fernández, quien ha tenido titularidades alternadas y un rendimiento irregular pese a su gran calidad.
¿Sería viable una línea de cinco defensores con la inclusión de un relegado Paulo Díaz? Todo está por verse en una semana crucial como lo es la del superclásico.








