La vorágine diaria se lleva todo puesto. No hay demasiado tiempo para disfrutar de logros históricos, como el primer triunfo en casa de los Pumas contra los poderosos All Blacks en Vélez. Una deuda interna, saldada a casi 50 años de la apertura del expediente Argentina-Nueva Zelanda: el 30 de octubre de 1976, en Ferro, ocasión en la cual los visitantes se impusieron 21-9.
La maquinaria de la World Rugby está en marcha y no se detiene. Cumplidas dos fechas, el Rugby Championship sigue adelante, el próximo sábado, con la tercera fecha: Australia vs. Argentina y Nueva Zelanda vs. Sudáfrica. Y sobre los últimos murmullos festivos de la noche de Liniers, el staff y los jugadores se pusieron a pensar en los próximos compromisos. Es el turno de medir fuerzas con los Wallabies y los Springboks. Cuatro partidos complejos, cinco semanas intensas y un título en juego con el cual Los Pumas se permiten soñar. Porque ya no es una quimera aspirar a consagrarse en el torneo que reúne a las potencias del hemisferio sur.
La delegación, compuesta por 32 jugadores, partió el viernes pasado a Oceanía. Queensland es la parada inicial; luego, la comitiva se trasladará a Sydney. De allí acudirá a Durban, donde aguardan los bicampeones del mundo para el encuentro de ida. Y finalmente, Argentina cerrará su participación en el Rugby Championship recibiendo a los sudafricanos en Twickenham.
Por extensión y exigencia, el tour rompe los moldes de la era moderna del rugby internacional y se emparenta con los viajes de la época premundialista, donde se disputaban test-match los sábados, y partidos ante combinados provinciales entre semana. Para encontrar una gira tan prolongada, es imperioso revisar los archivos; en el corto y mediano plazo no se registran expediciones de cinco semanas, con tantos traslados y rivales de primerísimo nivel, con dos desafíos contra Australia, en franca levantada, y dos contra Sudáfrica, actual monarca, campeón mundial en Francia 2023 y Japón 2019. En noviembre de 2018, Los Pumas giraron tres semanas por Europa, midiéndose con Irlanda, Francia, Escocia y los Barbarians. En la ventana de noviembre de 2010, destinaron 21 días para cotejar ante Italia, Francia e Irlanda. Un año antes, compitieron frente a Inglaterra, Gales y Escocia. Y en 2008, se trasladaron a Europa con el objetivo de verse cara a cara con Francia, Italia e Irlanda. Todos, desafíos similares a este, pero no iguales.
El inusual periplo por tres continentes quedó conformado a partir del rediseño del Rugby Championship y de la decisión de la Unión Argentina de Rugby de ceder la localía con Sudáfrica por razones estrictamente económicas. Una propuesta de los ingleses, aceptada tras un debate en el seno de la Unión, llevó la revancha con los Springboks a Londres, en lugar alguna sede de nuestro país. Miguel Dupont, gerente comercial de la entidad rectora del rugby argentino, le explicó a LA NACION: “Hoy te digo que la decisión adoptada es un acierto. ¿Por qué? Porque más de 60.000 personas verán el partido contra los Springboks en Londres, ya tenemos 55.000 tickets vendidos. Y es un tema económico, por supuesto. La UAR necesita recursos y esos ingresos generados no los conseguiríamos con ningún partido de local. Cuando nos propusieron ceder la localía, desde el punto de vista económico, cerraba por todos lados. Y después de sellar el acuerdo, recibimos un montón de llamados para llevar otro partido a otro lado y dijimos que no. Nuestra idea no es hacerlo siempre, sino cada cuatro años. Esos ingresos la UAR los distribuye, el 60% se destina al rugby de base, por lo tanto, este acuerdo nos ayuda a desarrollar el rugby en la Argentina, tanto el amateur como el profesional”, detalló. “Muchas veces hay que tomas decisiones antipáticas pensando en el rugby argentino”, agregó Gabriel Travaglini, presidente de la UAR, en una entrevista en LA NACION.
Largo viaje
Celebrada con cierta mesura la victoria sobre Nueva Zelanda, el plantel dirigido por Felipe Contepomi, permaneció en Buenos Aires realizando trabajos de recuperación y concentración. El próximo sábado, a la 1.30 de horario nuestro, se medirá ante los Wallabies en Queensland. Seis días después, a la 1 de la Argentina, se jugará la revancha en Sydney. Ajustes en la logística del torneo, con la finalidad de ahorrar millas aéreas y optimizar el descanso de los jugadores, cambiaron algunas localías. En 2024, Argentina jugó ante Australia dos veces aquí (en La Plata y Santa Fe) y con Nueva Zelanda dos veces allá (Wellington y Auckland). Y este año le tocó a los hombres vestidos de negro (y ahora, de botines amarillo fluo) venir a Sudamérica, y a los de amarillo y verde, ser anfitriones de Los Pumas.

Más allá del largo viaje y la adaptación a los usos horarios casi opuestos, desde la óptica estrictamente deportiva, a Contepomi y su staff se les presentó otro problema. Producto del choque con Nueva Zelanda, se lesionó Tomás Albornoz. El apertura titular, que tan buen cuarto de hora inicial había redondeado, sufrió una luxación traumática del quinto dedo de la mano izquierda. En su lugar ingresó Santiago Carreras, una de las figuras del partido. Esa destacada actuación lo ubicaría como la principal opción de Contepomi para colocarse la camiseta número 10. Sin embargo, no hay que descartar al hombre formado en el Atlético de San Isidro, Gerónimo Prisciantelli, convocado en esta oportunidad, ni soslayar la presencia de Nicolás Roger, llamado para reemplazar a Albornoz en la nómina. Otra baja anunciada es la del pilar Nahuel Tetaz Chaparro. El primera línea del Benetton Treviso colgó la celeste y blanca a los 36 años, luego de ingresar por Pedro Delgado en Vélez y jugar más de media hora.
La posición de pilar derecho también presenta un contratiempo en nuestro seleccionado nacional: el santiagueño Pedro Delgado, titular frente a Nueva Zelanda (en Córdoba y en Liniers) fichó por Harlequins y no fue incluido en esta gira. En cambio, continúan Joel Sclavi y Francisco Coria, y se incorporó Tomás Rapetti. El primera línea de los Pumitas, formado en Alumni y con un paso por Pampas en el Súper Rugby Américas, debutó en Toulouse hace unos días, en un amistoso de pretemporada.
Entre la revancha con los Wallabies y el primer duelo con los Springboks, los Pumas contarán con dos semanas para prepararse, teniendo en cuenta el viaje desde Sydney hacia Durban. El Hollywoodbets Kings Park será el escenario del juego, programado para el mediodía argentino. La travesía se cerrará el sábado siguiente, en un Twickenham repleto de ingleses, más un puñado de argentinos y otro llegado desde Sudáfrica, serán testigos del último partido del Championship 2025. ¿Dirimirán el título Boks y Pumas, ese sábado a las 11? Es la aspiración de la comitiva y de todo el rugby argentino.
Ese encuentro le pondrá un punto suspensivo al torneo de las potencias del sur. En 2026 no se disputará, debido a los compromisos ya acordados entre Nueva Zelanda y Sudáfrica. Lo mismo ocurrirá en 2030. Esta salida unilateral de los neozelandeses y sudafricanos no significa que los Pumas se queden sin competencia relevante ni que termine el Championship. La UAR trabajó en concretar partidos con Australia, que también quedó marginada. Travaglini dio precisiones al respecto: “Tenemos garantizados diez partidos para el año que viene. Vamos a jugar un test con Sudáfrica y dos con Australia, además de que por la Nations Cup habrá un partido más en noviembre”. Y Dupont completó: “El contrato con la SANZAAR finaliza este año. Pero tenemos un acuerdo para que en 2027, 2028 y 2029, haya Rugby Championship. Esa es la idea. Y en el 30, otra vez la gira de los All Blacks y los Springboks”.

El equipo ya se prepara en suelo australiano y comenzó los entrenamientos de cara al choque frente a los Wallabies. A partir de este martes, Los Pumas encararán trabajos de mayor intensidad para definir el equipo; el jueves, Felipe Contepomi anunciará la formación.
La histórica victoria sobre los All Blacks significa un gran envión emocional para encarar con optimismo la recta final del Championship que tiene a los cuatro seleccionados en paridad: cada uno cosechó un triunfo y un traspié. Nueva Zelanda suma 6 puntos (+2 por bonus), Australia, 5, y Argentina y Sudáfrica, 4. Los forwards Ignacio Calles, Francisco Coria, Juan Martín González, Santiago Grondona, Marcos Kremer, Pablo Matera, Franco Molina, Julián Montoya, Joaquín Oviedo, Lucas Paulos, Guido Petti, Tomás Rapetti, Pedro Rubiolo, Ignacio Ruiz, Joel Sclavi, Mayco Vivas y Boris Wenger; más los tres-cuartos: Simón Benítez Cruz, Mateo y Santiago Carreras, Santiago Chocobares, Lucio Cinti, Bautista Delguy, Benjamín Elizalde, Gonzalo García, Rodrigo Isgró, Juan Cruz Mallía, Ignacio Mendy, Agustín Moyano, Justo Piccardo, Gerónimo Prisciantelli y Nicolás Roger, mantienen encendida la llama de la esperanza. Ellos, más los aficionados al rugby, sueñan con levantar la copa, nada menos que en Londres, el corazón del suelo británico.