Novak Djokovic, uno de los atletas más venerados de Serbia con un récord histórico de 24 títulos de Grand Slam, atraviesa una nueva fase provocada por la polémica de haber manifestado su apoyo a las movilizaciones sociales que surgieron en su país a finales del año pasado. El tenista, antes visto como un símbolo nacional, se ha convertido en objeto de críticas abiertas en varios medios que son afines al presidente Aleksandar Vucic.
El conflicto desató tras un trágico incidente en Novi Sad, donde el colapso de una marquesina en una estación de tren dejó 16 muertos. Este hecho provocó una ola de protestas estudiantiles que denunciaron corrupción y problemas en la administración pública, exigiendo reformas políticas y responsabilidades. Como figura pública, Djokovic decidió hablar y enviar un mensaje claro desde sus redes sociales. “Como alguien que confía profundamente en el poder de la juventud y su deseo de un futuro mejor, es vital que sus voces se escuchen”. Sus palabras resonaron en los sectores movilizados, pero también provocaron reacciones adversas entre los medios oficialistas, que comenzaron a criticar abiertamente su postura de involucrarse en la política nacional.
En medio de este entorno polarizado, Djokovic tomó una decisión importante a nivel personal y familiar: dejar su país natal. El deportista optó por trasladar su residencia a Grecia, donde ha comenzado un proceso de asentamiento junto a su esposa e hijos. Según información de Tennis24, una de sus primeras acciones fue inscribir a sus hijos, Stefan y Tara, de 11 y 8 años respectivamente, en el Saint Lawrence College, un colegio británico independiente en Atenas. Además, la familia se ha establecido en una casa en una zona residencial del sur de la capital griega.
La llegada de Djokovic a Grecia no ha pasado desapercibida. El tenista serbio fue visto recientemente en el Club de Tenis Kavouri, acompañado por su hijo, participando en partidos informales en un ambiente relajado. Además de tomarse fotos con varios asistentes, el tenista está considerando afiliarse a este club o al 91 Athens Riviera, una opción reconocida entre atletas y figuras públicas locales.
Mientras avanza en su adaptación, crecen los rumores sobre sus planes a largo plazo. Varios medios sugieren que Djokovic podría solicitar la llamada Golden Visa de Grecia, un programa de residencia otorgado por el país a inversores extranjeros, que permite residencia legal a cambio de una inversión mínima. Este mecanismo es frecuentemente elegido por empresarios, celebridades y deportistas que buscan estabilidad y flexibilidad en la Unión Europea.
El interés en la figura de Djokovic ha aumentado tras conocerse información de dos encuentros privados con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, siendo el más reciente en la isla de Tinos. Estas reuniones han reavivado especulaciones sobre la intención de Djokovic de establecer vínculos más sólidos con el país mediterráneo, lo que podría facilitar el desarrollo personal y profesional de su familia en ese contexto.
Por primera vez en mucho tiempo, Djokovic está llevando una vida alejada de Serbia, impulsado por las complicaciones políticas y mediáticas tras su declaración en apoyo a los manifestantes jóvenes. Su caso demuestra cómo una postura pública de una figura deportiva puede generar consecuencias que trascienden el ámbito deportivo y afectan aspectos familiares, sociales y diplomáticos. El futuro de Djokovic parece estar tomando un nuevo rumbo desde Grecia, donde busca mayor tranquilidad y proyección para su entorno cercano, mientras mantiene una participación activa en el debate sobre el presente y futuro de Serbia.