5 de septiembre de 2025 09:48

León XIV, el Papa fanático del deporte, podría ser el próximo rival de Alcaraz en su camino hacia la gloria.

El Papa León XIV, famoso por su pasión por el tenis, ha tomado un importante paso para seguir disfrutando de este deporte durante su estancia de verano en Castel Gandolfo, la emblemática villa papal en los Castelli Romani, cerca de Roma. En mayo pasado, el Pontífice mostró su entusiasmo y cariño por el tenis al recibir calurosamente al joven tenista Jannik Sinner y a su familia durante el Abierto de Italia, una acción que evidenció no solo su afición por el deporte, sino también su apoyo a las nuevas generaciones.

Ahora, tras la reciente renovación de las instalaciones deportivas de la residencia, el Papa podrá volver a jugar al tenis y disfrutar de la piscina, lo que le ayudará a liberar el estrés y mantenerse activo, algo que solía hacer cuando era un gran aficionado al deporte. La remodelación incluye mejoras en la pista de tenis, diseñadas para proporcionar un entorno adecuado y seguro para la práctica, junto con la rehabilitación de la piscina, otro de los espacios preferidos del Pontífice para cuidar su bienestar físico.

Pista de tenis del Vaticano.

El interés por el tenis no es exclusivo del Papa León XIV. En el ámbito actual del tenis mundial, dos jóvenes se destacan y atraen el cariño de los aficionados: Jannik Sinner y Carlos Alcaraz. Aunque el propio Papa bromeó sobre el apellido de Sinner y las escasas posibilidades de que se enfrenten en un partido amistoso, no se descarta que el joven murciano, Alcaraz, tenga más suerte.

Carlos Alcaraz, campeón de España y número dos del mundo, es conocido no solo por su habilidad en la cancha, sino también por su profunda fe católica. Muy ligado a la Virgen de la Fuensanta, patrona de su Murcia natal, el tenista siempre lleva consigo una imagen sagrada que le regaló su abuela Vittoria, un símbolo de protección y guía espiritual en su carrera deportiva.

Alcaraz recibiendo la bendición de

Antes del Abierto de Estados Unidos, Alcaraz hizo una visita especial a la catedral de San Patricio en Nueva York, donde recibió la bendición de Don Luigi Portarulo, un joven vicario de 36 años de Campania, Italia. En una entrevista con La Stampa, Don Portarulo reveló cómo, a pesar de no conocer mucho del tenis al principio, terminó relacionándose con grandes figuras del deporte como Djokovic, Cobolli, Musetti y Alcaraz.

Sobre el murciano, comentó: “Carlos no es italiano, lo sé, y es rival de Sinner, pero es una persona realmente especial, simpática y muy religiosa, y me confesó que su sueño sería jugar con el Papa Prevost”. Esta declaración añade un matiz humano y cercano a la relación entre la fe y el deporte, demostrando que para algunos atletas, su espiritualidad es tan importante como su preparación física.

Más allá de la competición en las grandes canchas del tenis mundial, surge una curiosidad inesperada: ¿quién será el primero en jugar un partido con el Papa León XIV en la renovada pista de Castel Gandolfo? Tanto Sinner como Alcaraz tienen admiración y un vínculo especial con el Pontífice, y la renovada pista papal podría ser el escenario de un encuentro histórico y simbólico.

Este posible partido amistoso va más allá de un simple juego de tenis. Representa la fusión entre la tradición, la espiritualidad y el deporte moderno, así como la humanización de figuras públicas que, desde distintos ámbitos, inspiran a millones.