Lewis Hamilton se ha consolidado como una de las figuras más emblemáticas de la Fórmula 1, reconocido no solo por su talento en la pista, sino también por la expectativa mediática que crea fuera de ella. Aunque su imagen a menudo se asocia con el glamour y la popularidad, la realidad evidencia que el campeón británico ha optado por una vida privada caracterizada por sacrificios y decisiones difíciles.
Recientemente, el piloto de Ferrari se refirió a la complejidad de mantener relaciones afectivas estables, una elección que ha hecho para poner su carrera en primer lugar. En declaraciones al medio belga RTBF durante el último Gran Premio en ese país, explicó: “Sí, es muy complicado, sobre todo en el mundo actual. Veo a otros pilotos y me pregunto cómo lo logran: algunos tienen hijos, están casados, tienen novias.”
“Yo pasé por eso en mis veintes. Tomé una decisión diferente: decidí aprovechar al máximo el tiempo que tengo aquí porque es más corto de lo que la gente cree. No quiero arrepentirme ni pensar que podría haber dado más”, añadió el corredor de 40 años.
A lo largo de su carrera en la Máxima, el nombre del británico ha estado vinculado a varias personalidades. Una de ellas fue la cantante Nicole Scherzinger, con quien mantuvo una relación intermitente y muy publicitada hasta 2015. Desde entonces, ha optado por mantener su vida amorosa alejada del escrutinio público, a pesar de los rumores que lo han relacionado con celebridades como Rihanna, Rita Ora, Shakira o la más reciente, Raye. Sin embargo, Hamilton ha dejado claro que su objetivo principal durante los últimos años ha sido triunfar en la pista. “Durante la última década, me he concentrado en mi rendimiento. Y cuando me retire, podré hacer lo que desee. Podré involucrarme en otras actividades sin restricciones. Mientras compito, mi enfoque está en mi salud, mi bienestar, mi salud mental y mi técnica de conducción. Quiero ser el mejor ingeniero posible y el mejor compañero de equipo. Ese es mi principal objetivo: ganar.”
A pesar de que la Fórmula 1 consume la mayor parte de su tiempo y energía, Hamilton reconoció el desafío de encontrar un equilibrio personal en medio de tal exigencia. “Busco el equilibrio perfecto. Pero me encanta trabajar; soy un auténtico adicto al trabajo. Tengo muchas reuniones y disfruto colaborar con otros. Intento sacar lo mejor de todos, así como de mí mismo.” El campeón británico admitió que casi no ve a su familia y que es complicado encontrar a alguien que comprenda el nivel de pasión y dedicación necesarios para alcanzar el máximo rendimiento en la Fórmula 1. “Tienes que gestionar tu energía a lo largo del año. No veo mucho a mi familia,” explicó, al enumerar los trabajos que realiza fuera de las pistas, que van desde filmar anuncios y trabajar en la fábrica de Ferrari, hasta gestionar sus proyectos personales como un tequila sin alcohol, una marca de ropa, una línea de perfumes y la producción de la reciente película sobre F1 protagonizada por Brad Pitt.
Actualmente, solo un pequeño número de pilotos en la parrilla son padres, mientras que Hamilton, a sus 40 años, sigue entregado exclusivamente a sus metas profesionales con Ferrari. “Mi sueño es ganar un título con Ferrari. Hace mucho tiempo que no lo consigo. Ferrari tiene todos los ingredientes para ganar; solo hay que combinarlos. Eso es lo que intento hacer entre bastidores con Fred Vasseur y el equipo.”
El británico es consciente del impacto de su labor más allá de los circuitos. Reconoció que, tras haber enfrentado años de presión para mostrar su vida en redes sociales, ahora prefiere mantener un perfil bajo. “Ha sido una experiencia interesante, sobre todo con las redes sociales. La gente no ve lo que hacemos, así que no puede saberlo. Hubo un tiempo en que sentíamos presión por mostrar todo nuestro día online. Hoy estoy en una fase diferente. Publico muy poco. Rara vez aparezco en redes sociales; me mantengo en un segundo plano. Lo importante es que estoy muy comprometido con lo que hago. La mayor parte del trabajo implica filmar, hacer anuncios y pasar tiempo en la fábrica. Este año pasé más tiempo en la fábrica que en cualquier otro momento de mi carrera. Incluso diría que trabajé más duro que en los años anteriores. Cada temporada busco hacer más, sin perder la alegría de vivir.”
Hamilton, a pesar de romper récords y ganar la admiración del público, no suele enfocarse en lo que dejará como legado en el automovilismo, ni busca ser recordado por una imagen específica en la historia de la Fórmula 1. Destina parte de sus esfuerzos a iniciativas sociales y filantrópicas. “Nunca hablo realmente de legado, no es un tema que me interese. Me hacen esa pregunta a menudo, pero no lo pienso así. De joven, solía decir: ‘Quiero que me recuerden como uno de los mejores pilotos de F1’, pero hoy pienso de forma diferente. Me concentro en lo que puedo aportar de manera concreta. Tengo una fundación dedicada a la educación de niños desfavorecidos. Quiero que tengan acceso a la ciencia y la ingeniería. También colaboro con organizaciones contra la desnutrición infantil.”
Su voz se alza también en temas de cambio dentro de la Fórmula 1. Según Hamilton, el deporte aún necesita evolucionar para reflejar una mayor diversidad y mejorar las condiciones laborales de todos los integrantes del paddock. Considera que su relevancia pública debe ser utilizada para abrir puertas y facilitar conversaciones difíciles, tanto dentro como fuera del ámbito deportivo. “No se trata de ser perfecto, sino de mejorar cada año. Creo que ese es mi papel; puedo acceder a las salas adecuadas. Conduzco, sí, pero también hago más. Tengo que usar mi posición para ayudar a los menos afortunados.”
