Wayne Rooney, una de las figuras más emblemáticas del fútbol inglés, ha compartido detalles sobre los desafíos que enfrentó debido al excesivo consumo de alcohol y un estilo de vida caracterizado por fiestas descontroladas. Estos aspectos de su vida se mantuvieron ocultos durante sus años de mayor éxito deportivo. En una charla reciente con Rio Ferdinand, su excompañero, Rooney abre su corazón sobre los momentos en que sus adicciones fueron más evidentes.
Durante la entrevista, Rooney narró cómo sus problemas personales afectaron su día a día, incluso mientras cumplía con sus responsabilidades profesionales. “Fue un momento en el que estaba pasando por un mal momento. No quería contárselo a nadie porque no quería poner esa presión en nadie. Recuerdo que llegaba al entrenamiento, me ponía colirio y masticaba chicle porque venía de estar bebiendo dos días seguidos. Entrenaba y el fin de semana marcaba un par de goles y repetía el ciclo, saliendo dos días seguidos”. A pesar de su capacidad para rendir en el campo, el entorno en el que se encontraba no aliviaba los problemas fuera del vestuario.
El exdelantero explica que durante ese período elegía ocultar su situación a quienes lo rodeaban en el club, prefiriendo mantener en secreto sus luchas personales por temor a mostrar su vulnerabilidad frente a compañeros y entrenadores. La rutina se repetía: aprovechaba los momentos posteriores a los partidos para dejar que las salidas nocturnas se convirtieran en jornadas enteras. Luego, con pocas horas de sueño, recurría a varios métodos para disimular su estado físico y asistir a los entrenamientos.
Ferdinand, interesado en saber quién tuvo un rol crucial en su proceso para superar esos excesos, preguntó a Rooney quién lo ayudó a salir adelante. El futbolista fue claro al identificar el apoyo fundamental que recibió de su esposa Coleen, con quien ha estado junto desde su infancia. “Me encantaba el fútbol, pero también me gustaba salir. Ella lo vivió desde muy pronto y trataba de ayudarme. Necesitaba que alguien me guiara. Si ella no hubiera estado ahí, estaría muerto”, aseveró Rooney durante la conversación.

Para Rooney, el papel de Coleen fue crucial durante los momentos más difíciles, no solo desde el ámbito personal, sino también en relación con las decisiones que debía tomar para evitar que los problemas impactaran su carrera y su vida familiar. “He cometido errores en el pasado, pero soy diferente y ella ha logrado mantenerme en el buen camino durante 20 años”, continuó el exjugador, quien describió a su esposa como la única capaz de entender aspectos de su carácter que ni siquiera muchos de sus familiares conocían. “Reconozco que soy muy inseguro en muchas cosas y eso es algo que solo mi esposa sabe”.
En la charla con Ferdinand, Rooney enfatiza la dificultad de mantener una imagen pública que esté a la altura de las expectativas, mientras lidia con asuntos internos que suelen ser invisibles para la mayoría. “Al final, eres un ser humano”, dice, recordando cómo pesa la percepción social cuando se ocupa un rol destacado en clubes de élite como el Manchester United o la selección de Inglaterra. “La gente te ve como un gran macho que lleva el número 10 en el Manchester United y es el capitán de Inglaterra”.
Rooney agregó un ejemplo sobre su inseguridad respecto a su apariencia física, un aspecto poco conocido por los fanáticos y la prensa. “Por ejemplo, si me ves la semana que viene en la playa, estaré con la camiseta puesta y con una gorra. Incluso en mi época de jugador, no me quitaría la camiseta”, confesó.