Conor McGregor, ex campeón en dos divisiones de la UFC, ha sido suspendido por 18 meses por infringir la política antidopaje de la organización. Esta sanción se debe a tres fallos en la declaración de su paradero, lo que obstaculizó las pruebas de dopaje sorpresa. La medida fue anunciada por Combat Sports Anti-Doping (CSAD), la agencia que se encarga del programa antidopaje de la UFC.
La suspensión es retroactiva al 20 de septiembre de 2024 (fecha del tercer fallo) y finalizará el 20 de marzo de 2026, permitiéndole competir nuevamente a partir de esa fecha.
La sanción estándar por tres ausencias es de 24 meses; sin embargo, se redujo en seis meses gracias a factores atenuantes, como su recuperación de una lesión (no se estaba preparando para una pelea), su total cooperación en la investigación y su aceptación de la responsabilidad. Durante 2025, el irlandés se sometió a cuatro pruebas de muestras, lo que indica que está en el grupo de testing activo.
No hay impacto
La suspensión no influye en sus planes de regreso, ya que finaliza antes del evento “UFC White House” programado para el 14 de junio de 2026 (cumpleaños del presidente Donald Trump), en el cual McGregor desea participar, aunque el CEO de la UFC, Dana White, ha aclarado que aún no hay peleas confirmadas.
McGregor, de 37 años, se encuentra inactivo desde julio de 2021 (derrota ante Dustin Poirier), cuando sufrió una fractura en la pierna. Esta sanción explica en parte el retraso en su regreso, aunque no afecta su elegibilidad para el evento de junio de 2026.