Hace dos años, Lionel Messi le dijo adiós a las preocupaciones en el PSG y a los 36 años de edad cruzó el Atlántico para aventurarse en esa liga joven y llena de prejuicios pero en constante crecimiento que es la MLS. Venía de hacerse eterno en Qatar 2022, consagrado ya sin discusiones como el mejor de la historia por los números, su constancia y la belleza de su fútbol. Sin embargo, el que imaginaba una jubiliación adelantada en tierra yanqui para Leo le erró de acá a Miami.
Apenas llegó fue campeón con Inter Miami de ese torneo relámpago que es la Leagues Cup, con equipos de México. El año pasado levantó el Supporters Shield al mejor de la temporada, un título muy valioso pero apenas simbólico porque el verdadero campeón se decidió en los playoffs, y allí cayó eliminado. Ese es el objetivo del 10 en este 2025: levantar la MLS Cup, cosa que no parece sencilla porque el equipo de Javier Mascherano alterna resultados buenos y malos. El que no se detiene es Messi.
El argentino brilla donde otros cracks terminan haciendo agua. El ejemplo más cercano, aunque parezca antipático, es Luis Suárez. El uruguayo tiene la misma edad que Leo pero le cuesta en lo físico, lleva apenas seis goles en 22 partidos por liga y encima protagonizó un escándalo de indiscplina al escupir a un asistente rival por el que está pagando una sanción de tres fechas.
Los números de Messi en esta temporada lo tienen dominando las estadísticas de la competición local, a la par de jovencitos. Es el goleador de su equipo con 20 goles en 21 encuentros, de los cuales en 19 de esos juegos completó los 90 minutos. En esa tabla, vestidos de rosa, lo siguen Telasco Segovia, de 22 años y Tadeo Allende, de 26, con 7 tantos. A Leo le falta un gol para igualar la marca de 21 goles que registró en 2024, cosa que parece muy factible porque le restan cinco partidos de la fase regular y luego vendrán los playoffs, donde su presencia parece casi un hecho.
El gol frente a Seattle fue el 880 de su gloriosa carrera y aporta un poroto más en la desafío personal por ser el goleador 2025 de la MLS, donde hoy por hoy manda Sam Surridge, un inglés de 27 años que jugó en la Championship de su país y hoy cuenta 21 gritos con la camiseta del Nashville SC. En términos de vocación ofensiva, Leo es uno de los que más patea, con 103 remates (se ubica cuarto en toda la liga) y de los que mejor apunta porque 45 de esos disparos fueron al arco (está quinto).
Otro dato que surge desde el norte del norte es que tras su conquista ante Seattle, Messi ya les marcó a 16 de los 23 equipos de la MLS: de esta manera, solamente le falta festejar ante New York City FC, FC Cincinnati, San Jose Earthquakes, Real Salt Lake City, Los Angeles FC, Chicago Fire y DC United, su próximo rival, este sábado desde las 20.30 en Fort Lauderdale.
La actuación del rosarino ante Seattle tuvo también una asistencia, un pase gol, aspecto del juego que lo sigue dejando un escalón por encima de cualquier otro futbolista con quien se lo quiera comparar, como Cristiano Ronaldo. Este año lleva 9 asistencias, u 11 si se respetan los parámetros de la MLS, que hablan de “preasistencias” cuando hay un pase previo fundamental. A Messi le faltó un socio más amigo de las redes este año: se ubica sexto, a 7 de las 18 asistencias del danés Anders Dreyer, del San Diego FC, y por encima suyo hay dos argentinos como el ex Boca y Huracán, Cristian Espinoza (12), del San Jose Earthquakes, y el surgido en Ferro, con pasos por Racing y Godoy Cruz, Martín Ojeda (14), hoy en Orlando City.
Mientras en Europa arrancaron las ligas domésticas y una nueva Champions League, Messi pelea en otra competencia, por su equipo y por él mismo. El que lo disfruta es Lionel Scaloni. El DT de la Selección Argentina sabe que su capitán se alimenta con ese apetito voraz e inconsciente por ser el mejor, un impulso que lo lleva a enredarse con jugadores y árbitros que hasta hace poco lo veían por la tele o en un póster. Ese hambre es el envión ideal para carretear hasta el Mundial 2026, sabiendo cuándo, cómo y dónde acelerar. Leo tendrá 39 años y ni se les ocurra ponerle fecha de vencimiento.