Los padres de un grupo de catorce adolescentes, de entre 12 y 13 años, fueron multados con 50€ por familia al permitir que sus hijos jugaran un partido callejero en una plaza pública italiana. Esta plaza, Pino Signoretto, está ubicada en la isla veneciana de Murano, donde residen cerca de 4.500 personas.
La multa se impuso por alteración del orden público y poner en peligro el tráfico, según reporta La Stampa. Un vecino local, molesto por el ruido, denunció a los chicos a la policía. Tras esto, una patrulla llegó al lugar y identificó a cada uno de ellos. Antonio Trampus, padre de uno de los adolescentes, relató a los medios italianos que su hijo lo llamó llorando: “La policía no quería entender. Podrían haber llamado a los padres y pedirles que trajeran a sus hijos a casa. En cambio, inmediatamente tomaron nota de sus nombres y direcciones”.
Esta decisión policial ha generado mucha controversia, incluyendo la indignación del concejal de Venecia, Marco Gasparinetti, quien ha calificado el procedimiento como una “reacción desproporcionada”. “¿No fue suficiente quitarles la pelota, como hacíamos antes? ¿Decirles que pararan y explicarles por qué no era una opción más educativa?” argumentó Gasparinetti según Ouest-France.
Por el momento, las familias se niegan a pagar la multa y se les ha alertado de que esta podría aumentar a 500€ si no se abona dentro de un plazo de 60 días. Por lo tanto, el grupo tiene planes de apelar y llevar el caso ante el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro.
En Venecia, se aprobó en 2019 un reglamento municipal que regula diversas actividades en espacios públicos, incluido el juego con balón. La base legal de estas multas se basa en este reglamento, que establece en qué áreas se permiten los partidos, cuáles están completamente prohibidos y en cuáles sólo se puede jugar para menores de 11 años. La plaza Pino Signoretto de Murano es un área donde se permite a menores de 11 años, quedando excluidos los adolescentes mayores.
No es la primera controversia por este asunto en Venecia. En 2018, antes de la aprobación del nuevo reglamento, cuatro familias fueron multadas con 66€ por la misma razón, como informa Ouest-France. Este caso provocó protestas por considerar la norma excesiva, aunque el nuevo reglamento también ha encontrado críticas. Aunque hayan definido más claramente las zonas permitidas, varios cuestionamientos la tachan de “demasiado restrictiva”. Además, muchas familias se quejan de no tener claridad en la señalización del área correspondiente.
La norma busca equilibrar el derecho al descanso de los vecinos, la seguridad, evitar molestias y daños, con el derecho de los niños a disfrutar de juegos en espacios públicos. Es evidente que aún no se ha encontrado un punto claro para ambas posturas. Llegar a ese punto requerirá una mayor comunicación y modificaciones en el futuro. La pregunta es inevitable: ¿dónde está el límite?