28 de agosto de 2025 06:19

Norberto Fontana, el gigante de Arrecifes que brilló en F3 y compitió al nivel de Hamilton y Verstappen en Zandvoort

Hace 30 años, el Gigante de Arrecifes ganó el Master de Zandvoort. En esa temporada también arrasó en el campeonato alemán. El apoyo “salvador” de Red Bull antes de correr en Fórmula 1 con Sauber
El Himno Nacional Argentino en el podio del Master de Zandvoort de Fórmula 3. Norberto Fontana en el medio. A su derecha, Ralf Schumacher y a su izquierda, Hélio Castroneves (TVP Pública)

La fusión de talento al volante, la confianza que proporciona un buen auto y un equipo comprometido a darlo todo, a pesar de la falta de recursos, son factores que pueden marcar la diferencia. Eso ocurrió con Norberto Fontana hace 30 años, cuando se convirtió en el primer argentino en ser campeón de la Fórmula 3 Alemana y en ganar el Master de F3, celebrado en el Autódromo de Zandvoort el 6 de agosto de 1995. Esta carrera se asemejaba a un Mundial de la categoría, ya que reunió a los 39 mejores exponentes de diversas F3 del mundo. La victoria del Gigante de Arrecifes en el autódromo neerlandés es una de las grandes gestas del automovilismo argentino.

En 1993, Fontana se consagró campeón de la Fórmula Ford Suiza y luego avanzó hacia la Fórmula 3. Su temporada de 1995 en el certamen alemán fue impresionante. Con tan solo 20 años, logró 10 triunfos y 13 podios en 16 carreras a lo largo de ocho fechas, además de 10 poles position y 7 récords de vuelta. A excepción de un 20° puesto en la última carrera del año disputada en Hockenheim, sus peores resultados fueron cuartos lugares en la primera carrera en Norisring y en la primera del mencionado Hockenheim. Se coronó campeón una fecha antes en el circuito francés de Magny-Cours, superando a Ralf Schumacher (hermano menor de Michael), quien corrió con el equipo oficial Opel, y a otros que también llegaron a la F1, como Jarno Trulli y Alexander Wurz.

Infobae dialogó con Fontanita, quien rememora ese año histórico y su victoria en el Master. “Tuve una buena temporada de debut el año anterior, en ‘94, cuando también logré tres victorias y fui elegido el mejor Rookie. Ahí Peter Sauber (dueño del equipo de F1) me convocó para ser piloto de pruebas en su equipo, firmando el contrato a fines de 1994 y durante todo 1995. Realicé el primer test en Barcelona y al año siguiente continué en la F3 Alemana”, cuenta el actual piloto de Chevrolet en el Turismo Carretera.

Sobre lo que lo llevó a consagrarse en Alemania, explica: “Hice una intensa pretemporada de entrenamiento físico y, en ese entonces, la preparación para la F3 ya era similar a la de la F1. Llegué en gran forma. Después tuvimos un año de aprendizaje en las distintas pistas y llegué al ‘95 con más confianza, más unido al equipo y al auto; eso también contribuyó a que fuéramos contundentes a la hora de entrenar, clasificar y competir”.

Compitió con un Dallara F395/009 con motor Opel de un equipo privado: “Corrí para el equipo suizo KMS, que era un proyecto a largo plazo. Logramos una buena puesta a punto del auto en términos aerodinámicos, y el secreto estuvo en trabajar en conjunto como equipo; en la dirección estaba Hans Peter Kaufmann, de quien aprendí mucho. Con él y los mecánicos conseguimos formar un buen conjunto. Pudimos competir no solo con los equipos oficiales, sino también con el de Helmut Marko, que representaba a Fiat. Había otros tres equipos oficiales: dos de Opel y uno de Volkswagen. Nosotros solo teníamos los motores de Opel.”

El certamen incluyó autódromos, dos circuitos callejeros y una pista en una base aérea. Uno de los trazados urbanos fue el de AVUS en Berlín, que destacaba por su velocidad, con dos largas rectas y dos horquillas. Sobre esa pista, recuerda: “Tenía muchos saltos que afectaban bastante al coche. Salí segundo y tercero en ‘94, y luego gané las dos carreras en ‘95. Era un circuito rápido, peligroso y el auto iba a fondo, especialmente en la entrada de la recta. Había una curva bastante rápida que se limpiaba a medida que girábamos, ya que era un callejero semipermanente. Recuerdo que en la horquilla, doblamos hacia atrás y había que tener un buen radio de giro y salir con tracción.”

En su memoria, guarda presente la compañía de su padre, el recordado Héctor, quien fue su fan número uno: “Siempre que sonaba el himno, yo miraba hacia abajo y mi viejo se envolvía con la bandera. Al verlo allí, se me caían las lágrimas. Era un tipo muy positivo, siempre me alentaba”. Ambos recorrieron Europa en una casa rodante, atravesando muchas dificultades. De hecho, Norberto enfrentó problemas financieros al inicio de la temporada. “No fue fácil conseguir sponsors. Teníamos un acuerdo pactado con YPF de Argentina, que luego no se concretó, y pude correr las primeras carreras gracias a un coleccionista suizo que aportó el dinero. Más tarde, gracias a que asistí a la presentación de un auto de F1 en Ginebra, conocí a Dietrich Mateschitz (fundador de Red Bull), quien me vio ganar y le dijo a Sauber que quería patrocinar un equipo exclusivo en F3. La llegada de Red Bull como sponsor me ayudó mucho tanto anímicamente como mentalmente. Son situaciones que vivimos los argentinos; no solo debemos competir en la pista, sino también afrontar desafíos que a menudo la gente desconoce.”

Tras la cuarta fecha en un circuito improvisado en la base aérea de Diepholz, Fontana confirmó su candidatura al título, producto de sus cuatro victorias en las dos primeras competiciones, en Hockenheim y en el trazado callejero de AVUS en Berlín. Llegó al Master de F3 en Zandvoort como uno de los favoritos, compitiendo contra corredores de todo el planeta. Si bien la victoria fue ardua y al inicio las cosas no pintaban bien. “Había una gran cantidad de autos y nosotros no estábamos bien preparados, ya que en Alemania corríamos con neumáticos Michelin y en el Master se usaban Yokohama. Eran compuestos distintos. La Fórmula 3 Alemana alquiló el Autódromo de Dijon en Francia para probar los neumáticos porque querían que sus pilotos performaran bien en el Master, pero nosotros no fuimos porque no teníamos presupuesto. Compitimos contra pilotos de la F3 Británica, Italiana, Francesa, Sudamericana, Japonesa y de otros lugares. Fue una prueba en desventaja, ya que no conocíamos bien el comportamiento del neumático Yokohama.”

La consagración de Norberto Fontana en la Fórmula 3 Alemana (TVP Pública)

A pesar de las dificultades iniciales, Fontana y su equipo no perdieron la esperanza y lograron revertir la situación del fin de semana. “Recuerdo que no comenzamos bien en los entrenamientos y no éramos competitivos. En el segundo ensayo tampoco. Hicimos algunos ajustes para la clasificación y, en la última vuelta, venía entre los cinco primeros y logré la pole position (mejor tiempo) justo cuando me bajaron la bandera de cuadros. Es un recuerdo hermoso. Al llegar a la curva Tarzán (la primera de Zandvoort), había un cartel en fila que indicaba las posiciones, y cuando vi el número 7, que era el mío, sentí una gran emoción porque conseguí la pole en el último instante. Era la última vuelta y no tenía más nada”, destaca.

Norberto luchó arduamente para ganar, y en el podio lo acompañaron el propio Schumacher y el brasileño Hélio Castroneves, quien competía en la F3 Británica. “La carrera fue complicada, ya que no contábamos con el coche sólido que teníamos en Alemania. Tuvimos que cambiar bastante la puesta a punto del auto durante el fin de semana. Al principio, avancé bien, pero al final de la carrera me quedé sin goma (NdR: degradación del neumático y pérdida de adherencia al asfalto) y tuve que defenderme de los ataques. Logré vencer en un mano a mano a Ralf (Schumacher) y a Hélio Castroneves, así que fue con lo justo. Pudimos salir campeones del Master, superando a todos los pilotos de las diversas F3 del mundo”, señala. “Fue una de las victorias más memorables y la más importante, porque allí se reunieron pilotos de Fórmula 3 de todo el mundo y muchos incluso quedaron afuera.” También participaron otros dos argentinos que después llegaron a la F1, Gastón Mazzacane (31°) y Esteban Tuero (34°).

El Master de F3 de Zandvoort se celebró entre 1991 y 2016, y entre sus ilustres ganadores se encuentran David Coulthard (1991), Jos Verstappen (1993), Lewis Hamilton (2005), Paul di Resta (2006), Nico Hulkenberg (2007), Jules Bianchi (2008), Valtteri Bottas (2009 y 2010) y Max Verstappen (2014). Fontana es uno de los dos americanos en conseguirlo, junto al brasileño Fabio Carbone (2002), y uno de los tres no europeos, junto al japonés Takuma Sato (2001).

En una horquilla del circuito

Luego se reinició el campeonato de la F3 Alemana y Fontana revela cuándo sintió que era campeón. “El quiebre fue en Singen, porque veníamos muy apretados, era un callejero antes de cruzar la frontera entre Suiza y Alemania. Hasta ese momento, el campeonato estaba muy parejo, y el equipo me mandó a tapar a Massimiliano Angelelli y Oliver Tichy. Ralf (Schumacher) no estaba rindiendo, me hicieron una jugada al equipo, pero pude ganar esa carrera y también la otra del domingo. Así, pude sacar una ventaja en el campeonato”, afirma.

Llegó la consagración en Magny-Cours. Sin embargo, las consecuencias de un accidente en Macao a fin de año le impidieron competir en 1996. En 1997, participó en cuatro Grandes Premios con Sauber en Francia, Gran Bretaña, Alemania y en Jerez de la Frontera, España, sede de la última fecha, denominada Gran Premio de Europa. A lo largo de esos años, que lo marcaron profundamente, hoy Fontana sigue siendo recordado en el entorno de la Fórmula 1, lo vivió el año pasado en el Gran Premio de San Pablo. Se reencontró con viejos amigos como Helmut Marko: “Nos veíamos a menudo. Su equipo contaba con motores Fiat y era muy fuerte; fíjate hasta dónde llegó, a convertirse en uno de los hombres más influyentes de Red Bull. El año pasado lo vi en Interlagos y me invitó a su hospitalidad; rememoramos viejos tiempos. También saludé a Jos Verstappen y a otros de esa época, que me recibieron con cariño mientras recordamos momentos pasados. Me encontré con un piloto y otros de la época, incluso periodistas y fotógrafos.”

Norberto Fontana vendió rifas para poder correr en karting y en la Fórmula Renault en Argentina, donde, tras su regreso del exterior, se convirtió en bicampeón de TC 2000 en 2002 y 2010 y campeón del Turismo Carretera en 2006. Fuera del ámbito del automovilismo, en nuestro país no se tomó dimensión de su carrera internacional. El imaginario colectivo se quedó con sus cuatro Grandes Premios de F1 con Sauber en 1997. Sin embargo, su destacada actuación en la Fórmula 3 en 1995, su paso por Japón en la Fórmula Nippon, en IndyCar, y su reconocimiento en Europa lo posicionaron como uno de los máximos exponentes argentinos en el exterior.

Fontana celebra su título con