Novak Djokovic, una leyenda viviente del tenis, ha iniciado un nuevo capítulo en su vida personal y profesional al convertirse en residente permanente de Grecia. Tras haber obtenido la llamada “Golden Visa”, que le otorga un permiso de residencia por cinco años, el ex número uno del mundo establecerá su base en Atenas junto a su esposa Jelena y sus hijos Stefan y Tara, según lo reportó el medio griego Protothema.
El anuncio tiene un fuerte componente simbólico y político. El pasado viernes, Djokovic compartió un almuerzo privado con el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, en un restaurante reconocido de Kolonaki, en Atenas. Fuentes cercanas confirmaron que su equipo había estado en conversaciones con las autoridades griegas desde hace meses para facilitar el proceso. El gobierno helénico ha recibido con entusiasmo el interés del tenista por radicarse en su país, percibiendo su llegada como un gesto de prestigio internacional y un impulso para el deporte local.
A partir de septiembre, la familia de Nole iniciará la búsqueda de una casa en los suburbios del norte de Atenas, aunque no descartan considerar otras zonas, dependiendo de las opciones educativas que ofrezca la ciudad. La prioridad de los Djokovic es encontrar una escuela privada de habla inglesa adecuada para la formación de sus hijos. El serbio, políglota que domina once idiomas, enfrentará ahora el griego como un nuevo desafío, mientras contempla el final de su carrera deportiva.
Con 38 años, Djokovic ha acumulado 24 títulos de Grand Slam, el récord más alto en la historia, además de 428 semanas como número uno del mundo. Continúa activo en el circuito y recientemente alcanzó la cuarta ronda de Roland Garros. Sin embargo, ya se prepara para una vida más estable, dedicada a su familia, su academia y su fundación.
Su mudanza a Grecia abre nuevas perspectivas para expandir sus proyectos personales y filantrópicos. Fuentes cercanas sugieren que sus actividades empresariales y deportivas, que hasta ahora se centraban en Serbia, España y otros países, podrían encontrar un nuevo eje en territorio griego.
La decisión de Djokovic de no regresar a su Serbia natal para establecer su residencia definitiva se explica por las tensiones crecientes con el gobierno de Aleksandar Vucic. Considerado héroe nacional durante años, Djokovic comenzó a distanciarse tras una serie de episodios y desencuentros con las autoridades. El punto de inflexión se produjo cuando expresó su apoyo a los estudiantes que protestaban contra el régimen, especialmente después de un trágico accidente ferroviario en Novi Sad que provocó masivas manifestaciones.
El 18 de diciembre de 2024, Djokovic publicó en la red social X sobre la importancia de escuchar a la juventud serbia en la construcción de un futuro mejor. Medios afines al gobierno omitieron la parte más solidaria de su mensaje, minimizando su impacto. Posteriormente, comenzaron a surgir rumores sobre fricciones con el oficialismo y sobre la cancelación de un acuerdo para gestionar pistas de tenis en Belgrado, lo que consolidó su distanciamiento de las autoridades.
Su presencia en manifestaciones y actos, como el famoso derbi Estrella Roja-Partizán, donde vistió una sudadera en apoyo a los estudiantes, intensificó la tensión. Aunque Djokovic nunca ha manifestado intenciones políticas, su influencia popular lo ha convertido en una figura incómoda para el régimen, marcando un antes y un después en su relación con Serbia.
Además de su actividad profesional, Djokovic tuvo la posibilidad de elegir entre varias ciudades para establecer su residencia, incluyendo Mónaco (donde vivió de 2005 a 2020), Marbella (su residencia actual), Nueva York y Belgrado. Sin embargo, Jelena, su esposa, prefirió que sus hijos no crecieran en ninguna de estas localidades y optó por Grecia, un país al que la familia ya tenía aprecio. Esta elección ofrece una cercanía geográfica y cultural con Serbia, gracias a las conexiones aéreas diarias.
La fortuna de Djokovic se estima en 700 millones de dólares, resultado tanto de sus éxitos deportivos —ha ganado más de 187 millones en premios— como de contratos y patrocinios. Grecia se presenta como un lugar atractivo para invertir y desarrollar negocios más allá del ámbito deportivo.
Con este movimiento, Novak Djokovic inicia un nuevo capítulo fuera de la cancha, trazando su próximo movimiento no solo en lo personal y familiar, sino también en términos de influencia social y deportiva.