*El angustiante momento que tuvo que atravesar Raducanu en Dubái
El punto de inflexión en la carrera de Raducanu se remonta a las tres semanas del verano de 2021 en el US Open, donde se convirtió en la primera jugadora que ganó un título de Grand Slam desde la fase previa en la era abierta. Este éxito inmediato trajo consigo desafíos imprevistos: lesiones recurrentes, críticas constantes y la presión de igualar aquel logro. En 2023, tras un periodo lleno de problemas físicos, se sometió a cirugías en ambas muñecas y en el tobillo izquierdo.
“Obviamente, pensaba: ‘No, ya soy lo suficientemente fuerte’. No me hacía bien escuchar eso, porque siempre me enorgullecí de ser trabajadora y resistente. Y creo que lo soy. En realidad, creo que eran más bien las personas a mi alrededor las que se equivocaban, lo que me llevó a tener tres cirugías y dos de muñeca. Entrenaba demasiado y lo ocultaba, sin mencionar el dolor que sentía”, confesó, mostrando cómo la autoexigencia y las expectativas externas afectaron su salud.
El impacto psicológico de la victoria en Nueva York también ha sido profundo. Durante un tiempo, Raducanu percibió aquel triunfo como un lastre, una referencia constante que complicaba su avance. “Es (las comparaciones con el US Open) algo que nunca te deja del todo. Han pasado cuatro años, y no creo que se haya ido completamente. Quizás en unos años, cuando sea mayor y más madura, pero es difícil dejarlo de lado. Siempre está en el fondo de tu mente, pero se trata más de ser consciente de esos pensamientos y no permitir que arruinen mi día ni el trabajo que estoy haciendo, y volver a enfocar en lo que estoy haciendo ahora y en el proceso”, reflexionó.
El presente de Raducanu muestra señales de recuperación y crecimiento. Su reciente participación en Cincinnati, bajo la guía de su nuevo entrenador Francisco Roig, culminó con una batalla de tres horas contra Aryna Sabalenka, la número uno del mundo, en la que perdió por un ajustado 7-6 (5) en el set decisivo. Este desempeño, junto con la mejora de su ranking, confirma que la tenista británica ha recuperado la confianza y motivación. En los próximos días, regresará a Nueva York para competir en el US Open con una seguridad inédita desde su consagración en 2021.
