*El llanto de Anisimova tras perder la final de Wimbledon*
La final femenina de Wimbledon 2025 quedó marcada por una imagen inolvidable: Amanda Anisimova, desbordada en llanto, con palabras entrecortadas y una emoción imposible de ocultar ante casi 15.000 espectadores en la Catedral del tenis. La estadounidense, que se había convertido en una de las revelaciones del torneo al eliminar a la número uno del mundo, Aryna Sabalenka, fue superada con un contundente 6-0 6-0 por Iga Swiatek, quien levantó su primer trofeo en la hierba londinense.
Sin embargo, el llanto de Anisimova en la entrega de trofeos reflejó la magnitud del golpe. Al recibir el galardón de subcampeona de manos de Kate Middleton, duquesa de Cambridge, no pudo evitar quebrarse al dirigirse al público: “Gracias Iga. Eres una jugadora increíble, lo has demostrado. Has hecho dos semanas increíbles. Felicidades a ti y a tu equipo. Ha sido una atmósfera brutal, me hubiera gustado haber hecho una mejor actuación para ustedes”.
La estadounidense, que a sus 23 años alcanzó su primera final de Grand Slam, se sostuvo unos segundos, pero terminó rindiéndose ante la emoción al hablar de su familia, especialmente de su madre, Olga, quien estaba presente por primera vez en una instancia decisiva: “No voy a olvidar esta experiencia. Gracias a todo el mundo que ha formado parte de esto. Mi equipo ha sido mi familia, ha sido una experiencia inolvidable. Me han apoyado y dado la inspiración que necesitaba. Ustedes han creído en mí. También mi madre, que está aquí presente. No era la final que se merecía. Mi madre significa mucho para mí”. Su voz se quebró mientras intentaba controlar las lágrimas.
En otra parte de su discurso, Anisimova añadió: “Mi mamá, que llegó esta mañana, definitivamente no estaría aquí…”. Por un momento, no pudo continuar hablando. Luego prosiguió: “Ella se ha esforzado más que yo, sinceramente. Lo siento mucho. Es la persona más desinteresada que conozco. Hizo todo lo posible para que yo llegara a este punto de mi vida. Gracias por estar aquí y romper la superstición de volar en avión”.
La ovación de la Central se extendió durante varios segundos. Martina Navratilova, Billie Jean King y otras leyendas se pusieron de pie para reconocer el esfuerzo de Anisimova durante el torneo, a pesar de la diferencia mostrada en la final. La norteamericana, ya recompuesta, agregó: “Definitivamente no es por eso que perdí hoy. Estoy tan feliz de poder compartir este momento y de que ustedes lo presencien en persona. Sé que ya no me ven jugar en vivo tan seguido porque hacen tanto por mi hermana y por mí. Siempre lo han hecho. Los quiero muchísimo”.
En un clima de conmoción, la flamante campeona, Iga Swiatek, mostró comprensión hacia su oponente e intentó levantarle el ánimo: “Felicitar a Amanda por las increíbles dos semanas que ha jugado. Da igual lo que ocurrió hoy, has hecho un torneo y esfuerzo tremendo”. La polaca reconoció la calidad y el mérito de la estadounidense y anticipó que se encontrarán de nuevo en estas instancias: “Esto es algo irreal. Quiero felicitar a Amanda por las dos semanas increíbles que logró. No importa lo que haya pasado hoy, tienes que estar muy orgullosa de tu trabajo. Seguramente jugaremos más finales juntas aquí”.
Durante la conferencia de prensa, Anisimova tuvo dificultades para explicar una caída tan dura en una instancia histórica. Admitió estar “sin gasolina” tras dos semanas intensas: “Esto es muy doloroso. No es la final que esperaba. Fueron dos grandes semanas, aunque me quedé sin gasolina. Ojalá haber jugado un partido mejor. Voy a seguir trabajando para volver aquí”.
Su historia personal incluye episodios de esfuerzo y resiliencia desde su nacimiento. Sus padres, originarios de Moscú, emigraron a los Estados Unidos en 1998. Amanda nació tres años después en Nueva Jersey y, tras mudarse a Florida, el tenis se instaló en la vida familiar. Su primer contacto con el deporte fue al imitar a su hermana mayor en los entrenamientos, mientras su padre, Konstantin, la acompañó en sus inicios como entrenadora.
Su carrera juvenil avanzó rápidamente. A los 16 años ganó el US Open junior, superando en la final a Coco Gauff. Logró así su primer gran título en una categoría que suele ser antesala de figuras del circuito. Cuatro años después, levantó su primer trofeo profesional en Bogotá y en Roland Garros 2019 se convirtió en la primera tenista nacida en la década del 2000 en llegar a las semifinales de un Grand Slam. Aquella campaña la colocó bajo el foco, aunque la derrota ante Ashleigh Barty, que luego sería campeona, le negó el acceso a la definición.
La vida de Anisimova dio un giro inesperado en agosto de 2019. Su padre y entrenador fue encontrado sin vida en su domicilio. El episodio impactó profundamente a la joven tenista, quien admitió más tarde: “Esto es lo más difícil que he tenido que pasar y lo más duro de mi vida, y la verdad es que no hablo de ello con nadie”. El tenis se convirtió en un refugio personal: “Lo único que me ha ayudado es jugar al tenis y estar en la cancha. Eso es lo que me hace feliz, y sé que a él también le haría feliz”.
Ese proceso no estuvo exento de obstáculos. Tras algunos resultados destacados, en 2022 Anisimova anunció una pausa indefinida debido a problemas de salud mental y agotamiento. Explicó públicamente que su bienestar era prioritaria, un gesto que abrió el debate sobre la salud mental en el deporte de alto rendimiento. Durante ese período, se dedicó a viajar, trabajar como voluntaria y explorar el arte, actividad que eligió como vía para calmar su mente. “Empecé cuando no me iba muy bien mentalmente. Siempre me gustó el arte cuando era más joven, así que compré lienzos y pintura y pensé en probarlo por diversión. Luego se convirtió en algo semanal y siguió así”.
Anisimova regresó al circuito en 2024 mostrando una versión renovada. Obtuvo un título en Qatar y alcanzó cuartos de final en Estados Unidos y una final en Canadá, convirtiéndose nuevamente en una de las mejores tenistas del mundo. Hoy, ubicada en el top ten, Amanda Anisimova se consolida como una de las figuras jóvenes del circuito.