River se enfrenta a un examen de carácter contra Gimnasia en el Monumental

¿River está? No, no está. No en términos futbolísticos. Ni en la identidad de su entrenador, ni en la de su gente. No en resultados. En lo que va de este complicado 2025, continúa perdido en el bosque, sin una salida clara y con un rumbo incierto. Llegó a noviembre sin haber alcanzado los objetivos, sumando eliminaciones y dolorosas derrotas, como la reciente en el Mario Kempes, que presagia un ambiente tenso esta noche en el Monumental. Un estadio que el sábado fue un cuarto oscuro y urna, y este domingo se transformará -una vez más- en un cabildo abierto. A la espera de saber a quiénes alcanzará el descontento y la reprobación, River deberá aislarse de la presión de una tribuna que no perdonará ni la más mínima imprecisión y moverse frente a Gimnasia. Y cambiar su imagen. Y sobre todo, ganar (con sustento). Para calmar las aguas, para afianzarse en la zona de playoffs del Clausura, para seguir en la lucha por ingresar a la próxima Copa Libertadores y para llegar con confianza a uno de los superclásicos más significativos de los últimos años.

En un momento que el propio Marcelo Gallardo remarcó que “no es para cualquiera”, e incluso mencionó la palabra “hombría”, los 11 que salgan de inicio, que no diferirán demasiado de los que cayeron en la Copa Argentina, deberán transmitir un mensaje distinto hacia afuera. Porque además del “movete, River movete”, el “jugadores” que en Núñez no se escuchaba desde hacía más de diez años, podría repetirse a solo unos días de la explosión de las tribunas tras la caída frente a Sarmiento. La tercera derrota consecutiva en el Liberti, donde un equipo que llegó a batir récords de victorias al hilo hace un año, extrañamente registra actualmente la menor eficacia desde mediados de 2014. Todo un indicativo. Junto al contraste.

El presente de River es tan peculiar que enfrentarse a un Gimnasia urgido de puntos porque la posibilidad de descenso sigue latente (la victoria de Aldosivi ajustó la parte baja de la tabla anual), que no gana en la cancha de River desde hace veinte años y que llega golpeado tras la derrota en el clásico frente a Estudiantes, no es motivo de optimismo. En realidad, son datos que en este contexto aumentan la tensión y la obligación de lograr un resultado positivo en un partido clave, una palabra que últimamente no aparece en el diccionario del conjunto del Muñeco.

En el último encuentro como local de la fase regular, más allá de que podría sumar alguno más si asegura su participación en los playoffs (hoy, en el sexto lugar, jugaría octavos como visitante), Gallardo es consciente de que no puede pensar ni un minuto en Boca. Porque lo inmediato es Súper importante y, sobre todo teniendo en cuenta el guiño en la previa: Riestra y Argentinos perdieron, lo que podría permitirle sacarles cuatro puntos de ventaja en la anual sobre seis en juego, planteando un mano a mano por el segundo lugar precisamente con el Xeneize. De este modo, aunque Lucas Martínez Quarta, Lautaro Rivero y Marcos Acuña están al límite en cuanto a tarjetas amarillas y con una más se perderían la visita a La Boca, el entrenador no planea preservarlos porque entiende todo lo que está en juego en un escenario con clima decididamente hostil.

Ya ha pasado una semana desde que Gallardo se refirió a la falta de “abrazos” y de “afrontar esto solos”, frase que generó debate en redes debido a las quejas de algunos hinchas. Dolidos ante un acompañamiento que continúa siendo masivo de local a pesar de los resultados desfavorables. Por lo pronto, el Monumental volverá a estar lleno. Y hablará. Fuerte. Se oirá “el domingo cueste lo que cueste tenemos que ganar”. Ya sea hoy frente a Gimnasia o en la próxima semana.

River necesita recomponerse. Volver a ser. Un auxilio que deberá surgir de sus propias piernas, de sus propias ideas, de su propia resiliencia, porque aún tiene margen -aunque el entorno no lo demuestre- para ganar un campeonato, para ingresar a la Libertadores por el camino más difícil, pero que ofrecería un poco de alivio ante tanta adversidad. Todo recae en ese equipo que Gallardo ha intentado durante la semana recomponer, rearmar, ajustar, alentar y despertar.

Reencontrar. Solo así hallará la ayuda que necesita para pasar de página. Pero deberá ganarle. ¡GELP!

Franco Armani; Fabricio Bustos, L.M. Quarta, Lautaro Rivero, Marcos Acuña; Enzo Pérez, Juan C. Portillo, I. Fernández; J. F. Quintero; C. Jaime/ F. Colidio, Maxi Salas. DT Marcelo Gallardo

Nélson Insfrán; Juan Pintado, Renzo Giampaoli, Enzo Martínez, J. M. Villalba; N. B. Schelotto, Augusto Max; Manuel Panaro, Lucas Castro, Bautista Merlini; Marcelo Torres. DT F. Zaniratto

El partido será transmitido por la señal de ESPN Premium. También podrás seguir el minuto a minuto a través de la web, como siempre.

• Árbitro: Nazareno Arasa
• Árbitro asistente 1: Adrián Del Barba
• Árbitro asistente 2: Iván Aliende
• Cuarto árbitro: Julián Jerez
• VAR: Silvio Trucco
• Asistente VAR: Manuel Sánchez