Rovanpera y Herta, dos relatos distintos con una meta en común: llegar a la F1

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¿Qué comparten Colton Herta y Kalle Rovanperä? Ambos pertenecen a la clase del año 2000 y han logrado rápidamente establecerse en el automovilismo. Herta, el poleman y ganador más joven de una carrera de IndyCar, batió el récord al triunfar en el Circuito de las Américas en 2019 con apenas 18 años. Rovanperä, por su parte, también se destacó como un campeón precoz al conquistar el Rally de Estonia en 2021, convirtiéndose en el ganador más joven de una prueba del Campeonato del Mundo de Rallys, y al año siguiente, justo después de cumplir 22 años, se alzó como el campeón del mundo más joven.

En las últimas semanas, ambos han sumado más similitudes al decidir salir de sus respectivas zonas de confort para encarar un objetivo que, sobre el papel, parece muy complicado de alcanzar: llegar a la Fórmula 1. Renunciaron a salarios millonarios y a una trayectoria que prometía una larga estadía en la cima de sus campeonatos para perseguir el sueño que motiva a los pilotos de karting desde jóvenes. La reacción al revelarse sus planes fue de sorpresa, como era de esperar en proyectos que rompen con los esquemas tradicionales.

Sin embargo, sus orígenes son muy diferentes. Rovanperä cuenta con el respaldo de Toyota, lo que explica su decisión de comenzar su carrera en monoplazas en el campeonato de SuperFormula. Esta elección es comprensible si su meta es mantenerse en el ámbito del fabricante japonés, que proporciona motores a seis equipos en la serie. Aunque se trata de un campeonato de alto nivel con pilotos profesionales y monoplazas de gran rendimiento, se aleja de las categorías de formación tradicionales. Sin embargo, tiene la ventaja de ofrecer numerosas oportunidades de test, de las cuales Rovanperä podrá sacar mucho provecho.

Colton Herta, McLaren MCL35M

Colton Herta, McLaren MCL35M

Fotos de: McLaren

El plan contempla dos temporadas en la serie, seguidas por una transición a la Fórmula 1, lo que probablemente incluirá una temporada de apoyo en la Fórmula 2. La SuperFormula facilita la obtención de puntos necesarios para la superlicencia de F1 si, en un período de dos años, un piloto consigue al menos un tercer puesto y un primer puesto o dos posiciones de honor en la clasificación general. Estos son resultados ambiciosos, especialmente considerando que se trata de un piloto que nunca ha competido en monoplazas. Si Rovanperä logra una hazaña sin precedentes, su camino quedará despejado. Además de contar con el respaldo de Toyota (cuyo vínculo con Haas se mantiene), Kalle ha sido parte de Red Bull en su carrera de rallies, lo que hace predecible que también podría recibir este apoyo.

El trayecto de Herta, en cambio, es más lineal y promete una tasa de éxito mayor. El próximo año comenzará en el campeonato de Fórmula 2, con la meta de concluir la temporada entre los nueve primeros. Esta posición le permitiría alcanzar la crucial cuota de 40 puntos necesaria para obtener la superlicencia de F1. Su programa contará con el apoyo de Cadillac, escudería que le permitirá participar en las sesiones de FP1 para ‘rookies’ la temporada venidera; posteriormente, será el equipo el que decida si las garantías son suficientes para dar el salto a la Fórmula 1 como piloto titular.

Las historias de Herta y Rovanperä son relatos distintos con un objetivo común, que evidencian el enorme atractivo que la Fórmula 1 ejerce en la actualidad incluso sobre pilotos consagrados que no dudan en arriesgar posiciones cómodas. Una muestra más del auge del “circo”, capaz de atraer a competidores que, a tan solo veinticinco años, optan por regresar a la competición para perseguir su sueño.

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