La NFL ha decidido prohibir el uso de sales aromáticas por parte de los equipos durante los partidos, dando lugar a un profundo debate sobre la protección de los jugadores y la identificación de lesiones cerebrales.
Esta medida cuestiona un aspecto tradicional de la cultura deportiva, identificado por muchos como esencial tanto para la activación física como para la recuperación rápida post-impacto. Más allá de establecer un precedente en las grandes ligas de Estados Unidos, esta decisión invita a reflexionar sobre la naturaleza de estos productos y sus efectos documentados en la salud.
Qué son las sales aromáticas y cuáles son sus riesgos
Las sales aromáticas, conocidas también como sales de amoníaco, son estimulantes inhalados que han sido utilizados históricamente para reanimar a personas que han perdido el conocimiento. Están compuestas principalmente por una solución de amoníaco, agua y etanol, o carbonato de amonio combinado con fragancia, según informa MedicalNewsToday.
Su mecanismo de acción provoca irritación en las membranas de la nariz y los pulmones, desencadenando una inhalación refleja y rápida, lo que aumenta temporalmente el flujo de oxígeno al cerebro y genera una sensación de alerta inmediata.
En el ámbito médico, el uso de sales aromáticas se limita casi exclusivamente a la reanimación breve de individuos desmayados. Su empleo para otros propósitos, como aumentar la concentración o el rendimiento físico, carece de respaldo científico.
De acuerdo a estudios citados por MedicalNewsToday, no se han encontrado mejoras objetivas en el rendimiento atlético, y los efectos observados suelen ser de naturaleza psicológica más que física. Solo un estudio aislado reportó un incremento en la fuerza máxima, atribuido a una mayor activación mental y no a un cambio fisiológico.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) advirtió en 2024 sobre los peligros potenciales de estos productos fuera del contexto médico. En particular, existe el riesgo de ocultar síntomas neurológicos relevantes, por ejemplo, en casos de conmoción cerebral. Una exposición repetida o excesiva puede causar irritación en ojos, nariz y garganta; en altas concentraciones, el amoníaco puede ser tóxico. Aquellos que sufren de asma o enfermedades respiratorias también enfrentan un mayor riesgo de complicaciones tras inhalar estos productos.
El neurólogo Michael Smith destacó en Sports Health: “El uso de sustancias que pueden enmascarar síntomas neurológicos representa un riesgo adicional para los atletas”. En Estados Unidos, la utilización legal de sales aromáticas está limitada a situaciones de emergencia médica, como el desmayo.
Usos de las sales aromáticas en el deporte
El uso de las sales aromáticas se extiende más allá del fútbol americano. Durante décadas, deportes como el boxeo y el rugby las han utilizado para “despertar” a atletas aturdidos, especialmente tras golpes contundentes. En la NFL, la práctica de inhalar sales justo antes de salir al campo ha cobrado notoriedad en años recientes. Jugadores destacados las relacionaban con un aumento de alerta y un estado mental más receptivo antes de la competición.
De acuerdo con The Guardian, en torneos internacionales de rugby y fútbol se han adoptado procedimientos similares, aunque han comenzado a restringirse tras advertencias médicas sobre sus efectos adversos y el riesgo de ocultar síntomas de lesiones craneales. Profesores de medicina deportiva, consultados por The New York Times, coinciden en que el efecto motivador se debe más a la sensación breve de ardor nasal que a una mejora fisiológica real.
Algunos deportistas aún sostienen la creencia de que las sales aromáticas potencian la concentración, pero la mayoría de los estudios médicos son claros: su uso en busca de un mejor rendimiento carece de evidencia científica sólida y puede acarrear riesgos para la salud si interfiere con la evaluación clínica de una posible lesión.
Prohibición en la NFL: el motivo detrás de la decisión
El 5 de agosto, la NFL anunció de manera oficial la prohibición de sales aromáticas para equipos y personal durante los partidos y en los vestuarios, a través de un comunicado interno. Esta medida surge de la preocupación de que estos inhalantes obstructen la detección temprana de conmociones cerebrales y otros síntomas neurológicos.
El memorando, enviado a todas las franquicias, establece que queda prohibido en cualquier formato el suministro de cápsulas, inhaladores o presentaciones de amoníaco por parte del personal técnico. La decisión se fundamentó en una reciente alerta de la FDA sobre los riesgos y la falta de evidencias concluyentes acerca de la seguridad y eficacia de estos productos.
El anuncio provocó reacciones inmediatas entre los jugadores. George Kittle, de los San Francisco 49ers, expresó su desacuerdo y manifestó su deseo de que se reconsidere la normativa. Sin embargo, la NFL sostiene que la protección neurológica de los deportistas debe ser prioritaria sobre las prácticas históricas del deporte.
La Asociación de Jugadores de la NFL (NFLPA) aclaró que la prohibición solo afecta la provisión institucional y que el uso individual de los jugadores no será sancionado, siempre que los productos no sean proporcionados por los clubes.
Con esta nueva política, la liga establece un cambio cultural en la NFL, orientándose a reducir riesgos y priorizando la salud de los jugadores, incluso si eso implica renunciar a tradiciones de larga duración en el fútbol americano.
