Era un niño reservado, tímido y “extremadamente” tranquilo, pero en la cancha se transformaba. Se convertía en un líder, organizando desde la defensa desde los nueve años. El ascenso de Dean Huijsen es prueba de lo que sus entrenadores en Costa Unida CF vieron en él desde el principio. Después de hacerse oficial su fichaje por el Real Madrid en enero, confirmaron que el niño tenía algo especial que llamaba la atención. “Tiene mucha sangre fría para ello. Parece que lleva diez años en la élite y solo ha jugado 50 partidos”, detalla Salvador Moreno, coordinador de Costa Unida CF, en una entrevista con Infobae España.
La familia de Huijsen vivía en Países Bajos, pero poco después de su nacimiento decidieron mudarse a España e instalarse en Marbella. Sus primeros pasos con un balón fueron en Costa Unida CF. El club está especialmente enfocado en niños extranjeros que estudian en colegios como Aloha College, donde asistía el actual defensa del Real Madrid. “La envergadura” fue lo que lo hizo destacar, dado que era unos diez centímetros más alto que la mayoría de sus compañeros. “Esa estatura hacía que se notara”, asegura. No obstante, no era lo único que lo hacía sobresalir, ya que Dean contaba con “habilidades técnicas que siempre lo ponían un paso adelante del resto”.
A esto se sumaban sus conocimientos tácticos a la hora de posicionarse en el campo. “Creo que la figura de su padre (también futbolista) le ha ayudado mucho”. No solo a nivel de posicionamiento, sino que padre e hijo se quedaban después de los entrenamientos haciendo pases, controles y tiros a portería. “Eso le ha servido para progresar más rápido que los demás”.
Sus inicios en la competición fueron en la liga local organizada por el Ayuntamiento de Marbella, donde jugaban “los chicos que inician y tienen menos nivel, pero también chicos extranjeros que querían jugar por primera vez en una competición oficial en España”. Esto era porque, para que pudieran jugar oficialmente, necesitaban que la FIFA expidiera una autorización a los menores extranjeros, y mientras tanto debían conformarse con la liga local. ¿El problema? “Esta liga se le quedaba demasiado corta a Dean. Se aburría, ya que era muy superior al resto”. Cuatro meses más tarde, llegó la autorización necesaria del organismo liderado por Gianni Infantino.

Ni siquiera en ese momento Salvador ni nadie del club eran conscientes del potencial de Dean ni de la magnitud de su carrera. “Es muy difícil saber”. Según explica Salvador Moreno, llevan 20 años trabajando con chicos y han vivido diversas situaciones, y aclara que algunos son muy buenos, pero al llegar a la adolescencia terminan abandonando el fútbol. “Dean tenía dotes de líder, pero no podíamos asegurar su llegada. Tener a su padre también le ha ayudado a llegar donde está. Se lo merece porque es un chico espectacular y con buen corazón”.
A su buen corazón se le suma su timidez y tranquilidad. “Es extremadamente tranquilo, se podría quedar dormido de pie”. Lo acompaña una anécdota: “Su entrenador en el Málaga cuenta que se quedó dormido en un viaje en el autobús y se olvidaron de él dentro del autobús. Cuando se dieron cuenta, tuvieron que ir a recogerlo”. Pero dentro del campo era un líder. Desde los nueve o diez años, Dean apoyaba a sus compañeros cuando fallaban y siempre estaba ahí para ayudarles y darles una palmada.
Tras su paso por Costa Unida CF, llegó al Málaga, luego estuvo en la Juventus, pasó por el Bournemouth y ahora se ha convertido en jugador del Real Madrid, después de que el club blanco cerrara su fichaje en mayo. Una incorporación de la que en su club de origen se sienten “muy orgullosos”. “Estamos muy contentos por lo que está logrando. Que siga siendo como es porque eso garantiza el éxito”. Salvador está convencido de que, si las lesiones lo respetan, podrá ser el central del Real Madrid durante muchos años y no solo eso, sino que asegura que podría levantar varias Champions y, si llega a ser el defensor de España, un Mundial. “Tiene mucha sangre fría para ello. Parece que lleva diez años en la élite y solo ha jugado 50 partidos”.
A pesar de haber llegado a la élite, Dean sigue recordando sus inicios, el club donde empezó su aventura como futbolista. “Él nos ha puesto en el mapa”, destacan desde Costa Unida. Salvador también menciona que el año pasado fue Dean quien salvó al club con una aportación económica que les permitió finalizar el año de competición. “En cuanto supo que estábamos pasando dificultades, se ofreció a ayudarnos”.
Dean no ha olvidado el club donde dio sus primeros pasos, ni siquiera ahora que se encuentra en la élite vistiendo la camiseta blanca. Ahora, inicia un nuevo desafío en el Real Madrid, donde buscará hacerse un lugar en el once inicial, demostrando, como ya lo hizo en el Mundial de clubes, que se merece estar ahí.