Desde que Sergio Ramos inició su carrera profesional en el fútbol, ha sido un referente tanto en la cancha como por la variedad y el significado detrás de los tatuajes que adornan su piel.
Todo comenzó como una afición por el arte, que lo impulsó a crear una colección privada de pinturas y, más tarde, a convertir su cuerpo en un homenaje a las experiencias más importantes de su vida, según La Vanguardia.
El ex capitán del Real Madrid y marido de Pilar Rubio ha dejado escasas áreas sin tinta, mostrando más de 40 tatuajes, cada uno con su propia historia o que simboliza momentos y afectos irreemplazables.

Entre los artistas que han estado a su lado en este viaje de autodefinición, se encuentra Rodrigo Gálvez, famoso por tatuar a celebridades como Alejandro Sanz y Marc Anthony, y responsable de gran parte de los diseños que hoy forman el mapa de la vida del defensor español, según La Vanguardia.
La familia ocupa un rol central en este recorrido de tinta. Por ejemplo, Ramos ha decidido tatuarse referencias a su esposa Pilar Rubio y a cada uno de sus hijos.
Así, en su piel se encuentran desde el peluche favorito de su hijo Sergio, la primera palabra de Marco (“ay piota”), hasta los datos de nacimiento de Alejandro, incluyendo peso, altura y hora exacta, como se relata en el diario El Confidencial.
El nombre “Adriano”, en honor a su cuarto hijo Máximo Adriano, resalta en su pecho, un tatuaje reciente tras el nacimiento del pequeño que rápidamente se volvió tendencia en las redes sociales.

Cada uno de estos elementos, incluidos los apodos familiares como “Nano”, son parte de un gran mosaico biográfico.

Ramos también rinde homenaje a sus hermanos con dedicatorias en la zona lumbar a René y Miriam.
Entre las referencias más emotivas está la mención a Antonio Puerta, su amigo y excompañero en Sevilla, quien falleció en 2007.
Ramos porta el número 15 en memoria del dorsal de Puerta.

También hay tatuajes que celebran sus logros deportivos, como los dorsales de sus primeros partidos en el Sevilla (32 y 35) y el de su debut con la selección española (19).

Además, hay un tatuaje con el número 93, que hace referencia a su recordado gol en la final de la Champions League 2014.

En el ámbito de la espiritualidad y la fe, Ramos lleva tatuados retratos de Jesucristo, un gran crucifijo, el rostro de la Virgen María y la imagen de Jesús del Gran Poder, una famosa talla de Sevilla creada por Juan de Mesa, según El Confidencial.
Las manos orantes que sostienen un rosario y varias frases inspiradoras subrayan su profundo compromiso católico, tanto en su vida privada como pública.
Su pasión por el arte moderno y contemporáneo se refleja en referencias específicas. Un elefante inspirado en la obra “Los elefantes” de Salvador Dalí, así como piezas del artista callejero Banksy y otras obras de su colección personal, conforman los motivos que utiliza, ya que se considera un amante del arte y colaborador habitual en exposiciones, según AS.
Incluso su hogar alberga una réplica de “La última cena” en la que él mismo aparece como Jesucristo, demostrando la influencia del arte en su vida y decisiones.

Las frases y citas que Ramos ha decidido inmortalizar en su piel representan gran parte de su filosofía de vida. “Acuérdate de vivir”, un homenaje a las víctimas del 11-S y 11-M, ocupa un lugar importante.
Aficionado a la música y la cultura popular, complementa su mural de recuerdos con la silueta de Michael Jackson, la icónica lengua de The Rolling Stones, una corona, una brújula, una calavera con gorro indio y hasta una canción significativa en su trayectoria profesional, como “Nos fuimos pa’ Madrid”, tema de El Barrio, informa AS.
Incluso posee un tatuaje sonoro en el muslo izquierdo que, al ser escaneado mediante una aplicación, reproduce un audio dedicado por su esposa y sus dos hijos mayores, mostrando su aprecio por la innovación y el valor afectivo de cada elección.
En varias partes de su cuerpo, integra animales, como un león y un lobo en la espalda, así como atrapasueños y una herradura que evidencian su afición por los caballos y, específicamente, por su yeguada, según El Español.
