En el competitivo mundo del tenis, donde la presión puede ser tan intensa como un saque a 200 km/h, Taylor Fritz se ha convertido en un referente de la autoconfianza sin límites.
El tenista estadounidense ascendió en el circuito ATP gracias a una convicción directa y reveladora, expresada en una entrevista en el podcast Tennis Insider Club: “la confianza, aunque sea falsa, te lleva muy lejos”.
Esa creencia guió su camino hacia el profesionalismo y se reflejó en 2024, cuando alcanzó su primera final de Grand Slam, llegó a la final del ATP Finals, ganó la medalla de bronce olímpica en París y logró el cuarto puesto en el ranking mundial, su mejor posición hasta la fecha.
Fritz creció en un entorno profundamente conectado al tenis. Hijo de un exjugador profesional y de una ex top ten mundial, recordó en Tennis Insider Club que “en casa era imposible no jugar al tenis”. Aunque también practicó baloncesto, béisbol y fútbol, sus padres nunca le prohibieron explorar otros deportes.

La dinámica familiar durante su desarrollo tuvo características particulares. Su padre lideraba los entrenamientos y viajes, mientras que su madre aportaba un enfoque diferente.
“Mi padre tomaba las decisiones, pero mi madre también me acompañaba a torneos. Cada uno tenía su forma de hacer las cosas”, explicó. Los viajes con su padre eran más estrictos y orientados al rendimiento, mientras que con su madre, el ambiente era más relajado.
La figura paterna tuvo un impacto decisivo en la personalidad y la trayectoria del tenista. “Detrás de la mayoría de los buenos tenistas hay un padre ‘loco’ en el buen sentido”, afirmó.
Además de ser su entrenador, su padre fue un mentor exigente que impuso rutinas físicas extra después de los partidos, como correr en el parque o hacer dominadas. “En ese momento, a veces lo odiaba, pero ahora agradezco esa dureza. No estaría donde estoy sin ese impulso”, reconoció.
Esa relación, basada en la exigencia y el “tough love”, afectó la cercanía emocional durante la infancia y adolescencia de Fritz. Con el tiempo, entendió que la búsqueda de la excelencia implicaba sacrificios y una mentalidad fuerte.
La transición al profesionalismo marcó un cambio en su relación con su padre como entrenador. “Cuando decidí ser profesional, sentí que necesitaba a alguien a quien pudiera respetar más como entrenador, alguien que hubiera estado en el circuito”, explicó.

Este cambio, aunque complicado, fue crucial para su desarrollo. Fritz necesitaba una estructura más formal y una voz externa para separar los vínculos familiares de las exigencias del circuito.
A pesar de este cambio, la presencia de su padre en los partidos sigue siendo significativa. “A veces odio que esté en primera fila, porque si fallo un tiro y lo veo, sé exactamente lo que está pensando”, confesó. Lejos de ser un obstáculo, esa presión se ha convertido en una motivación para siempre buscar la mejora.
Uno de los temas centrales de la entrevista con Tennis Insider Club fue la importancia de la mentalidad en el alto rendimiento. El jugador de 27 años subrayó que la confianza personal, aunque no sea completamente real, es fundamental. “Hay que tener un poco de locura para creer que puedes ser el mejor”, sostuvo.
Respecto a la psicología deportiva, se mostró escéptico. “No creo que la fortaleza mental se pueda enseñar. Hablar con alguien que no ha estado en esas situaciones no me resulta útil”, afirmó. Fritz sostiene que la autogestión mental y la evaluación constante son más efectivas.
Después de la pandemia y una cirugía de rodilla, pasó por una etapa de resultados irregulares y dudas sobre su golpe de derecha. “Sentía que mi derecha era mucho peor que cuando tenía diecisiete años”, admitió. Para revertir la situación, revisó videos de su etapa juvenil y analizó su técnica, lo que le devolvió la confianza.

Ese esfuerzo se reflejó en su triunfo ante Rafael Nadal en la final del ATP Masters 1000 de Indian Wells, uno de los torneos más prestigiosos.
“Llegué a ese año sintiéndome mucho mejor que mi ranking. Había trabajado duro y, a medida que avanzaba en el torneo, la confianza fue aumentando”, relató. El triunfo reafirmó su creencia de que la mentalidad es crucial en los momentos clave.
La experiencia olímpica fue otro hito en la carrera de Fritz. Junto a Tommy Paul, amigo de la infancia y compañero de dobles, logró la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos. “Crecimos juntos desde los cuatro años, así que compartir ese logro fue muy especial”, comentó en Tennis Insider Club.
Para el tenista, la presión en dobles es diferente a la de los partidos individuales, ya que implica la responsabilidad de no fallarle a tu compañero. “En dobles me pongo más nervioso porque no quiero fallarle a mi compañero”, aseguró.

Durante el podcast, manifestó su desacuerdo con la tendencia a permitir el coaching durante los partidos. “El tenis es un deporte individual. La estrategia es fundamental y no creo que sea justo que alguien te indique qué hacer durante el partido”, opinó el estadounidense.
Además, resaltó que una de sus mayores fortalezas es precisamente la capacidad de analizar el juego y tomar decisiones en tiempo real.
En los entrenamientos, valora el intercambio de ideas con su entrenador, Michael Russell, pero necesita entender el motivo de cada indicación. “No quiero que me digan qué hacer sin comprender el porqué. Prefiero discutir las jugadas y llegar a un consenso”, afirmó.
Fuera de la cancha, prioriza el descanso y la desconexión. “Cuando no estoy entrenando, no hago nada. Pongo toda mi energía en el tenis y, después, necesito desconectar por completo”, expresó.
A diferencia de otros jugadores, evita el turismo y las salidas sociales durante los torneos. Prefiere relajarse, jugar videojuegos o ver series. “Me considero la persona más perezosa entre quienes trabajan duro”, comentó entre risas.

Fritz considera que esta forma de recuperar energías es fundamental para mantener la concentración en los momentos decisivos de la temporada.
Al finalizar su charla con Tennis Insider Club, dejó un consejo para su yo más joven: “No preocuparme por lo que piensen los demás, seguir trabajando duro, invertir en un fisioterapeuta y alcanzar el profesionalismo lo más pronto posible”.
Estas palabras resumen una filosofía basada en la exigencia familiar, la autoconfianza y la capacidad de aprendizaje continuo, principios que han sido clave para llegar a la élite del tenis profesional.