El Turismo Carretera es pasión. Unas horas después de la carrera de Fórmula 1 en el lujo de Singapur, con otra jornada de frustración para Franco Colapinto y con un trámite en que casi nadie cambió posiciones respecto a la salida de la grilla, la categoría más popular de Argentina y una de las más añejas del continente gozó en San Nicolás de una de las carreras mas apasionantes del año.
Y Agustín Canapino, que algo sabe de pasión y que probó en la IndyCar pero volvió al lugar donde es más feliz, dejó todo en la pista del autódromo de San Nicolás y se adueñó del triunfo en la segunda fecha de la Copa de Oro, tras una penúltima vuelta en la que aceleró a fondo y pudo pasar por fin al poleman Matías Rossi, su viejo rival antes de su aventura por Norteamérica, para encaminarse a la victoria
No fue sencilla su maniobra y casi termina con los dos autos afuera porque se tocaron a 250 kilómetros por hora. El Titán se animó, el Misil aguantó lo que pudo, y finalmente fue el de Arrecifes quien terminó imponiéndose en esa lucha de fierros y corazones, llevándose un triunfo más que merecido. El cuarto en las últimas cinco citas de la temporada y uno que lo deja muy bien posicionado en su campaña por conquistar su quinto título en la categoría más popular del automovilismo nacional.
“Fue un sinfín de emociones, una locura. No quería quedar fuera de carrera pero tampoco quería resignar mi posibilidad de ganar. Tuve un auto fantástico y me voy con una buena diferencia en el campeonato, lo que es bárbaro”, explicó el arrecifeño, que festejó su 19ª victoria en 236 carreras en el TC.
Carreron del TC, carreron de Rossi y Canapino.
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El equipo de Canapino explotó tras la bandera a cuadros, con Guillermo Ortelli exultante, felicitando a su pupilo con un eufórico “¡Sos un animal!”. El siete veces campeón del TC había sido justamente el último en subirse a lo más alto del podio cuatro veces en cinco fechas consecutivas, hace 25 años. Mientras, la cámara enfocaba a Rossi, sacándose el casco con una cara que lo decía todo. El de Del Viso no pudo celebrar como quería su 300ª carrera en la categoría. Cine puro.
“Pasaron muchas cosas. Rossi se venía hacia mi auto y eso no se podía. Se lo dedico a mi papá que festeja desde el cielo. Con él viví muchas cosas acá”, contó el vencedor.
Un rato después, en la distendida zona de confort, Rossi y Canapino se chicanearon, pero terminaron sonrientes y satisfechos por la lucha que habían librado en pista.
“En un momento me estabas haciendo calentar”, le dijo el Titán a su rival. Y agregó: “Me diste lindo”. Y Rossi cerró el divertido intercambio con un: “No te voy a dejar pasar”.
El diálogo entre Rossi y Canapino en la zona de confort, no tiene desperdicio. Escuchen pic.twitter.com/DTCatEl4K0
— Claudio D. Legnani (@claulegnani) October 5, 2025
San Nicolás le trae buenos recuerdos a Canapino. En este mismo autódromo, bajo la lluvia, ganó uno de sus campeonatos. Fue el de 2018, cuando puso gomas para pista mojada y el resto de los pilotos fue con neumáticos para seco. En la vuelta previa se largó a llover contra todos los pronósticos y el arrecifeño, que largó desde el fondo, quedó primero porque todos tuvieron que entrar a boxes. El zorro sabe por zorro. Y así terminó celebrando su tercer título en el TC. Ya había ganado en 2010 y 2017 y repitió luego en 2019.
Este domingo, en otra jornada marcada por la lluvia que cayó en la zona del autódromo, Canapino se impuso en una carrera con final épico, escoltado por Rossi y Julián Santero, para irse de San Nicolás como único puntero de la Copa de Oro. Manda en el playoff con 108 puntos, seguido por Santero con 82,5 y Santiago Mangoni, con 74, que todavía no pidieron ganar. Rossi se puso cuarto, con 72,5 puntos.
La próxima cita del TC es el 2 de noviembre en Paraná, Entre Ríos. Despues vienen Toay, La Pampa, y se termina con el premio Coronación en La Plata. Y el Titán, en racha, encarará esas últimas citas con el sueño del campeonato más vivo que nunca.