“He jugado en clubes de gran relevancia. En Uruguay, en los dos grandes, Peñarol y Nacional de Montevideo. En Argentina, tuve la oportunidad de estar en Racing Club. En Ecuador, defendí la camiseta de Emelec. Pero sin dudas, Peñarol y Racing han dejado una huella imborrable en mi vida por la trascendencia que ambos equipos tienen en el mundo”. Así se presenta Nicolás Vigneri, uno de los 19 futbolistas en la historia que han vestido ambas camisetas.
El extremo uruguayo tuvo una breve pero significativa etapa en la Academia en 2009, llegando a préstamo desde el Cruz Azul mexicano. Tras seis meses, el delantero regresó a México para unirse al Puebla. Durante su tiempo en Avellaneda, disputó únicamente cuatro partidos y no obtuvo más oportunidades tras la llegada de Ricardo Caruso Lombardi como técnico. “Ricardo se incorporó en la quinta o sexta fecha del torneo y así comenzamos a conocernos. Optó por otros jugadores que estaban en el plantel, y la realidad es que en ese campeonato nos fue bien”, recuerda.
Uno de los momentos más destacados en la trayectoria de Vigneri fue su paso por Peñarol entre 2006 y 2008. En esas dos temporadas, jugó 43 partidos y anotó 18 goles. Su destacado desempeño le permitió formar parte de la selección uruguaya, dirigida por el Maestro Tabárez. “Fue uno de los mejores entrenadores que ha tenido Uruguay en su historia. Aprendí mucho de él. Siempre estaré agradecido de haber sido convocado por un técnico tan destacado. Entre los que he conocido, está entre los tres mejores de mi país”, afirma.
A sus 42 años, Vigneri es una excepción en muchos aspectos: es uno de los pocos futbolistas que ha pasado de ser técnico a jugador en el mismo equipo. En el club de su barrio, Montevideo, vistió las camisetas del Manya y del Bolso, y participó en la selección uruguaya bajo la dirección de Juan Ramón Carrasco, Jorge Fosatti y Tabárez. En junio de 2021, decidió colgar los botines para comenzar un nuevo capítulo: ser entrenador. En la actualidad, dirige a Rentistas, equipo que participa en la segunda división del fútbol uruguayo.

Desde su ciudad natal, y en diálogo con Infobae, Vigneri reflexiona sobre la revancha que jugarán la Academia y el Manya en el Cilindro de Avellaneda, correspondiente a los octavos de final de la Libertadores.
“El partido será diferente respecto al que se llevó a cabo en Montevideo, ya que se disputará en una cancha más amplia, donde podría estar en mejores condiciones que en el Campeón del Siglo. Peñarol hizo un partido correcto en todos los aspectos. Ambos equipos lucharon mucho en el juego. En ese contexto, Peñarol se mostró muy sólido, pero la revancha será distinta. Racing propondrá otro ritmo y Peñarol deberá enfrentar esas adversidades. Como local, el apoyo del público será un factor determinante, y Peñarol debe estar preparado para aprovechar los espacios que Racing deje a su paso. Sin embargo, será un partido equilibrado”, concluye.
– ¿Qué es de tu vida hoy, Nicolás?
– Soy entrenador de fútbol. Estoy dirigiendo desde que dejé de jugar, hace cuatro años. Actualmente, estoy en Rentistas, un club de la segunda división de Uruguay. Estoy a gusto aquí. Llegué hace aproximadamente tres meses. Comencé el año sin trabajo, y con el paso del tiempo, tuve algunas posibilidades de dirigir en otros equipos, pero no se concretaron. Posteriormente, surgió la oportunidad en Rentistas, un equipo bien organizado en la segunda división, que no empezó de la mejor manera. Aceptamos y llevamos tres meses trabajando juntos. He dirigido equipos en situaciones complicadas, pero hemos salido adelante, con sensaciones variadas. En general, han sido buenos momentos, y espero seguir creciendo y mejorando en esta profesión que tanto amo.
– Jugaste en muchos equipos y viviste en varios países como México, España, Argentina, Ecuador, Perú y Costa Rica. ¿Cuál consideras que fue el mejor momento de tu carrera futbolística?
– Así es, pasé por muchos clubes y países. Tuve la suerte de conocer mucho gracias al fútbol, y mi mejor etapa fue en mis primeros diez años. En total, jugué 20 años como profesional, comenzando en Fénix, aquí en Uruguay. Allí, tuve la oportunidad de ser parte de la Selección Mayor. Luego pasé a Peñarol, donde tuve un rendimiento destacado, lo que me permitió continuar en la selección. Después de Peñarol, di el salto al extranjero y me fui a México. Allí, mi etapa fue muy positiva, y luego estuve en Argentina y en otros clubes, aunque en algunos no obtuve los resultados esperados, sí tuve la oportunidad de jugar en grandes instituciones, como Racing de Avellaneda.

– ¿Cómo fue tu experiencia en Argentina?
– Fue una experiencia maravillosa. En Racing, evidentemente, me hubiera gustado jugar más y tener más oportunidades, pero eso son cosas del fútbol. Estuve solo seis meses, y luego regresé a México.
– ¿Qué balance haces de tu paso por Racing?
– Mi tiempo en Racing fue corto. Provenía de Cruz Azul, donde estuve un año. Mi rendimiento fue bueno, alcanzamos dos finales en la Liga mexicana. Hice goles, disputé muchos partidos, y posteriormente, Racing me compró en 2009. Las expectativas eran enormes, dado que es un equipo grande en el fútbol argentino, muy popular. Entonces, llegué con la mejor predisposición y energía, pero no logré la continuidad que deseaba. Así, estuve muy poco tiempo, unos seis meses, jugando entre tres y cuatro partidos. Al finalizar ese torneo, el año siguiente aún tenía contrato con Racing, pero como no iba a sumar minutos ni sería tenido en cuenta por el nuevo entrenador, opté por regresar al extranjero.
– ¿Quién fue el entrenador en la Academia que no te dio oportunidades?
– Me llevó Juan Manuel Llop. Con él conté con varios minutos y jugué algunos partidos al inicio, pero luego Llop dejó el equipo y llegó Ricardo Caruso Lombardi, quien eligió a otros jugadores, lo que me otorgó poca continuidad; son cosas naturales del fútbol. Disfruté de vivir en Buenos Aires, es un país que siempre visitaremos con mi familia. Residimos siete meses, casi ocho, en Caballito, una zona espectacular. Es una ciudad hermosa, y jugar en un club de tanto renombre fue una bendición. Tuve la suerte de estar en un club grande del fútbol argentino, jugar en el Cilindro a estadio lleno, y enfrentar a Boca en pretemporada. Mi experiencia fue grata, personal y profesionalmente, aunque obviamente desearía haber jugado más y tener mayores oportunidades para mostrarme en el campo.
– ¿Tuviste la oportunidad de hablar con Caruso Lombardi para que se te diera una oportunidad?
– No, no tuve esa chance. Él llegó en la quinta o sexta fecha del torneo y así nos comenzamos a conocer. Ricardo prefirió a otros compañeros que había en el plantel, quienes eran muy buenos jugadores, y la verdad es que ese campeonato nos fue bien. Racing sumó muchos puntos y se mantuvo con un puntaje sólido para la Primera División, en un momento complicado. No obstante, esas son decisiones que toman los entrenadores y uno debe aceptarlas. Siempre estuve dispuesto cuando se requería. Jugué algunos partidos con Caruso, pero él optó por otros compañeros que le rindieron bien, lo cual es totalmente comprensible.
– ¿Cómo definirías tu paso por Peñarol?
– Peñarol marcó un hito en mi carrera. Jugué tres años en Fénix. Debuté a los 18 años, y tras tres temporadas en Primera, llegué a Peñarol, un club enorme en Uruguay y en el mundo. Aquí, hay marcada diferencia entre los clubes, y la trascendencia fue notable. Tuve un desempeño sobresaliente. En casi dos años, anoté muchísimos goles, varios de ellos en el Clásico de la Ciudad. Sin duda, ese fue un paso fundamental que di, y jugar en Peñarol cambió mi vida para siempre.
– ¿Quien fue tu DT en Peñarol?
– Llegué a Peñarol en un momento complicado, en el año 2006, con Luis Garisto como técnico. Estuvo pocos partidos, y luego asumió Mario Saralegui. El equipo finalizó el campeonato de manera aceptable, a pesar de los problemas del club; ganamos algunos partidos. Después, llegó Gregorio Pérez, quien representó mi mejor momento de ese año. Ganamos el clásico, jugué muchos partidos, lo que me permitió mantenerme en la selección mayor…
– Lamentablemente, tuviste a Oscar Washington Tabárez como director técnico. ¿Qué enseñanza te dejó?
– Tuve el privilegio de tener a Tabárez en mis primeros dos años al mando de la selección, en 2006. Fue una experiencia inolvidable, él es uno de los mejores entrenadores que ha dirigido a Uruguay en su historia. Aprendí muchísimo, estuve en muchos entrenamientos y partidos, tanto amistosos como internacionales. Estoy agradecido de haber sido parte de la selección y de que me haya convocado tantas veces. De los entrenadores que he conocido, está entre los tres mejores.
Oscar es un técnico que en su última etapa en la selección logró un cambio significativo. Su visión y experiencia hicieron que los jugadores desearan representar a la selección, buscando trascender. Durante su gestión, Uruguay clasificó a múltiples mundiales y ganó la Copa América. Sin duda, su influencia ha marcado una etapa importante en el fútbol uruguayo.
– ¿Hoy ocurre lo mismo con Marcelo Bielsa en la selección uruguaya?
– Es diferente, ¿no? Cada etapa es única. Soy un gran admirador de Bielsa; su estilo y personalidad me atraen. Sin embargo, el contexto es muy distinto al que vivió Tabárez. Bielsa está comenzando su camino. Espero que tenga un gran desempeño en el Mundial 2026, que es lo que todos deseamos. También me gustaría que a Bielsa le vaya muy bien en nuestro país.

– ¿Quién fue tu máximo referente como jugador?
– Desde joven, admiraba a Enzo Francescoli y al Pato Aguilera en Uruguay. En el ámbito internacional, me gustaba mucho Raúl, el delantero del Real Madrid. Pero mi ídolo inalcanzable fue Diego Maradona, siempre.
– Tuviste una conexión especial con Maradona, ¿verdad? ¿Alguna anécdota personal?
– Sí, es curioso, porque en realidad nunca lo conocí personalmente, nunca lo crucé, pero lo siento como alguien cercano y familiar. Lo valoro enormemente por su forma de jugar, su personalidad y su estilo. En la actualidad tengo 42 años, con recuerdos de ver videos. En mi época, no había Internet, así que iba a la feria a comprar casetes para ver sus jugadas y sus goles. Es alguien que me ha marcado para siempre en el fútbol.
– ¿Es cierto que le prendiste una vela cuando estuvo internado para mejorar su salud?
– Sí. Lo único que poseo de él es una foto original firmada por Diego y dedicada a mí, que mi madre me consiguió en la década de los 90. Cuando vino a Uruguay, mi madre trabajaba en un hotel conocido y logró esa foto que me dedicó. La conservo desde entonces, y efectivamente le envié un mensaje de corazón para que se recuperara la última vez, pero lamentablemente no sobrevivió. En lo personal, su fallecimiento no me ha afectado, ya que sigue presente de múltiples maneras. Cada vez hay más videos, más mensajes y material inédito de Maradona.
– Estuviste presente en el debut de Luis Suárez en la selección uruguaya, ¿correcto?
– Así es. Luis debutó en la selección de Uruguay con el Maestro Tabárez. Estábamos en Colombia, si no me equivoco, en Cúcuta. Fue un amistoso internacional y concentramos juntos. Presencié su primer partido, que sin duda marcó un antes y un después en su carrera.
– Otro destacado exdelantero de la selección uruguaya es Edinson Cavani. ¿Qué opinión tienes sobre su presente en Boca?
– Sigo de cerca el fútbol argentino, y aquí transmiten muchos de los partidos de Boca. Siempre deseo que le vaya bien. Actualmente, está atravesando un momento complicado, donde un goleador necesita anotar para recuperar confianza. No ha podido marcar, pero tiene una mentalidad ganadora y una fortaleza que seguramente lo llevará a volver a anotar como antes.