Usain Bolt, el hombre que redefinió la velocidad en el atletismo mundial con 8 oros olímpicos y récords aún no superados en los 100 y 200 metros, compartió en una entrevista con The Times inéditos detalles sobre su vida tras el retiro, la presión de los patrocinadores y el impacto de la fama en su existencia.
A sus 39 años, el jamaiquino reflexionó sobre los desafíos que enfrentó al dejar las pistas, la importancia de su familia y su visión del futuro del deporte que lo consagró.
El objetivo olímpico y su postura contra el dopaje
Nacido en Trelawny, Jamaica, y residente actualmente en Kingston junto a su pareja y sus tres hijos, el velocista recordó que su principal objetivo siempre fue conquistar tres Juegos Olímpicos. “Quería retirarme el año anterior. Mi objetivo principal era ganar tres Juegos Olímpicos. Una vez logrado, quise colgar las botas”, confesó.
No obstante, la presión de los patrocinadores y aficionados lo llevó a extender su carrera más allá de lo planificado. “Me decían: ‘Deberías volver’. Fue una temporada difícil. No tenía la motivación habitual”, relató.
El retiro no solo significó dejar la competencia, sino también lidiar con las expectativas externas. Admitió que la ausencia de motivación y el peso de dichas demandas influenciaron su decisión de extender su carrera un año más.
Además, recordó que durante su última temporada, el médico le advirtió que no estaba en condiciones óptimas para competir. “No estás en buena forma. No estás listo. Si vas y te exiges demasiado, te lesionarás”, le advirtió el especialista.
A pesar de ello, Bolt sintió la obligación de presentarse: “Tengo que ir. Todos me esperan”. El desenlace fue una lesión en el tendón de la corva durante su última carrera, un final que no sorprendió al propio atleta.
El tema del dopaje en el atletismo también fue central en la entrevista. Bolt se mostró contundente respecto a las sanciones para quienes utilizan sustancias prohibidas: “Si se comprueba que un atleta usó drogas intencionalmente para mejorar su rendimiento, debería quedar expulsado de por vida del deporte”.
Uno de los episodios más difíciles de su carrera estuvo relacionado con esta problemática: la devolución de la medalla de oro olímpica de relevos de 2008, tras el positivo por dopaje de su compañero Nesta Carter.
El atleta se disculpó personalmente con Bolt, quien describió el momento como “decepcionante”, pero a su vez reconoció que todos pueden cometer errores y afirmó haber superado el incidente.

Raíces y vida familiar
Bolt también recordó sus raíces en Jamaica y cómo su infancia moldeó su carácter y ambición. “No teníamos agua corriente como la gente común. Teníamos que ir al río. O, cuando llovía, recogíamos agua de los tejados”, relató.
Agregó que “no teníamos teléfono fijo ni cable, y no había internet, así que no conocíamos el mundo. La delincuencia no era un problema. No salir adelante por no soñar lo suficiente era un problema mayor“.
Estas experiencias tempranas influenciaron su visión de la vida y la forma en que enfrentó los retos del deporte de alto rendimiento, enseñándole desde una edad temprana la importancia de la determinación, el esfuerzo y la resiliencia.
La paternidad también transformó su perspectiva. Si bien en el pasado rechazaba la idea de ser entrenador, la llegada de sus hijos le enseñó paciencia y le abrió la opción de considerar esa posibilidad: “Ya no es un ‘no’, es un ‘tal vez’”.
La vida familiar ocupa un lugar fundamental en su día a día. Junto a su pareja, Kasi Bennett, y sus hijos Olivia Lightning, Saint Leo y Thunder, Bolt encontró un nuevo equilibrio, y la experiencia de ser padre le permitió replantearse su relación con el deporte y su futuro fuera de las pistas.
Tecnología y el futuro del atletismo

La tecnología deportiva y su impacto en el atletismo actual también fueron objeto de análisis. Bolt mencionó el caso de Shelly-Ann Fraser-Pryce, quien logró mejorar su marca en una décima de segundo gracias a las “super spikes”, una nueva generación de zapatillas que se popularizó tras su retiro.
“Realmente te dan una ventaja. Ojalá me hubiera quedado un poco más. Si hubiera tenido ese nivel de spikes…”, reflexionó. Además, destacó el talento emergente de atletas como la estadounidense Melissa Jefferson-Wooden y el australiano Gout Gout, aunque advirtió que en el atletismo “cualquier cosa puede pasar”.
El velocista también abordó las dificultades personales que enfrentó en los últimos años. La muerte de uno de sus mejores amigos en 2017 impactó profundamente su última temporada, afectando su preparación física y emocional.
“Llorar y hablar de ello fue muy importante para mí. Pasar tiempo con todas las personas con las que salíamos me ayudó a sobrellevarlo”, explicó a The Times.
Lecciones de resiliencia y espiritualidad
Además, Bolt sufrió la pérdida de más de USD 13,5 millones de su cuenta bancaria, un duro golpe financiero que afrontó con resiliencia: “Es solo dinero. Las primeras semanas fueron duras. Lo vi como algo malo, pero solo necesito trabajar duro. Tengo salud y familia; intento ver lo positivo”.
A lo largo de la entrevista, Bolt subrayó la importancia del crecimiento personal, la fe y el apoyo familiar en su vida. La espiritualidad sigue siendo un pilar fundamental para él, como compartió con The Times, y su entorno cercano continúa guiando sus pasos fuera de las pistas.