
El abrazo entre Alfredo Berti y Sebastián Villa parece no tener fin. Las manecillas del reloj en Alta Córdoba se detienen. No hay medición posible para lo que están experimentando tanto el técnico como la gran figura del equipo. Independiente Rivadavia ha hecho historia al coronarse campeón de la Copa Argentina. Durante toda la campaña, el colombiano se destacó como el mejor jugador de los mendocinos. Pasará a la inmortalidad por haber convertido el quinto y definitivo penal. El que le dio el título.
Es el que queda plasmado en las fotos y en todas las cámaras. Frente a Chiquito Romero, el capitán ejecutó su remate, colocándolo en la parte superior del arco. Un golazo que lo llevó a gritar de alegría. Llantos, emoción y una dedicatoria a Dios, todo ello con una dura historia detrás. Un jugador muy cuestionado, que ha visto muchas puertas de clubes importantes cerrarse por sus conocidos problemas legales.
Lo que dijo Villa tras la consagración en la Copa Argentina
“Dios está haciendo su obra en mí. Quiero disfrutarlo con mi familia, con mi mujer que está en la tribuna. Se lo dedico a mi mamá, a la gente de Antioquia, del Tolima que siempre me apoya. También se lo dedico al profe Russo, que en paz descanse. Siempre me dio consejos de seguir adelante, de tener mucha perseverancia a pesar de los problemas. Creo que soy un resiliente de la vida”, expresó un emocionado Villa, el jugador más respetado por sus compañeros. Un futbolista que llegó a Mendoza buscando alejarse de los problemas que él mismo reconoce…
“Hoy sucedió algo muy bonito. Lo hablamos en la habitación antes de venir al estadio. Nos reunimos y le dimos gracias a Dios, independientemente de ser campeones o no. Él hizo su obra. Gloria a Dios. Este grupo está formado por chicos maravillosos que llegaron al club con mucha humildad y ganas. Con el tiempo, hemos ido socializando más. Yo les hablo todos los días. Para bien. Me escuchan y trato de aconsejarles para que no enfrenten las dificultades que yo pasé; eso les irá bien en la vida”, comentó el ex Boca, el referente máximo de este Independiente, que también logró una histórica clasificación a la próxima Copa Libertadores.
Durante los 90 minutos, Villa tuvo un papel clave en el segundo gol de su equipo, al realizar un excelente pase a Fernández que le permitió encarar mano a mano con Romero.
“A lo largo del torneo hemos demostrado mucha humildad, formamos un grupo solidario. Con mucho empuje, entrega y una mentalidad formidable. El profe Berti nos otorgó su confianza. Nos fuimos consolidando, partido a partido”, declaró el colombiano, ya convertido en estandarte y perfil de ídolo. Y concluyó con contundencia: “Hicimos un gran partido, logramos marcar dos goles. El primero fue por una desatención, pero Dios lo quería así. Hoy recibo esto (mira y señala el trofeo), la tercera Copa Argentina que gano en mi carrera”.
Un Villa con una jerarquía de primer nivel. Figura.






