La reciente ola de agresiones a árbitros juveniles ha generado preocupación en el fútbol base francés. En solo 48 horas, dos árbitros de 17 años fueron atacados en diferentes partidos regionales, poniendo en tela de juicio la seguridad de quienes, pese a su juventud, aseguran la continuidad del deporte.
El primer incidente se dio el sábado 27 de septiembre, durante un encuentro de la Copa Gambardella Sub-18, en la región de Bretaña (noroeste de Francia), según indica el diario francés Ouest France.
Lo que debería haber sido una jornada deportiva terminó en caos cuando el joven árbitro fue perseguido y confrontado en los vestuarios por fanáticos del Círculo Paul-Bert Gayeulles, molestos por la derrota ante el US Saint-Malo.
“¿Quién era el árbitro?”, preguntó uno de ellos. “¿Por qué dejaste ganar al Saint-Malo?”, continuó otro. Las amenazas, grabadas en vídeo y compartidas en redes sociales, rápidamente se volvieron virales, provocando una indignación nacional.
“Me sorprende, aunque lamentablemente no me sorprende. Rara vez son los jugadores los culpables, sino más bien el público o los padres que actúan de forma inapropiada o violenta. El deporte se ha convertido en un reflejo de una sociedad con una violencia desenfrenada”, comentó Fabrice Garin, entrenador del Saint-Malo.
La Liga de Fútbol de Bretaña confirmó que ha visualizado las imágenes y que el caso será enviado al comité disciplinario. Aparte de las sanciones deportivas y judiciales que se esperan en ambos casos, el problema parece ser más estructural. “El deporte refleja a la sociedad”, remarcó el entrenador.

A cientos de kilómetros al sur, en Toulouse, otro árbitro de 17 años vivió una escena aún más violenta en un partido sub-17 entre Bagatelle y Garona.
Desde el inicio del partido, el joven fue blanco de una serie de insultos por parte del entrenador de Bagatelle, según recoge France 3. Tras una advertencia verbal sin efecto y la posterior expulsión del técnico, el capitán del equipo perdió el control y le propinó un puñetazo antes de intentar asfixiarlo.
Otro jugador se unió a la agresión por atrás. El partido fue suspendido y el árbitro resultó con lesiones en el ojo, la espalda y los labios. Tuvo que ser evacuado.
Sin embargo, la situación empeoró en los vestuarios, donde directivos del club entraron para continuar con las amenazas: le quitaron el móvil para borrar las imágenes, aunque, afortunadamente, la policía pudo recuperarlas.
En conclusión, el agresor fue detenido, el equipo expulsado del torneo y el presidente de Bagatelle suspendido hasta enero de 2028.
La sección del Loira Atlántico del Sindicato Nacional de Árbitros de Fútbol emitió un comunicado en el que manifestaron su “preocupación y profunda indignación ante el aumento de los abusos verbales, amenazas y ataques” contra los árbitros.
Además de estos dos casos, se han reportado otros recientes como una amenaza de muerte hacia un árbitro de 14 años, la intimidación a otro con 18 años de experiencia y las amenazas de un jugador menor de edad contra otro árbitro.
“Cualquier amenaza o agresión hacia un árbitro no es solo una falta de civismo deportivo: es un atentado contra la autoridad pública y el Estado de derecho. No toleraremos ninguna amenaza ni violencia contra nuestros miembros”, advirtieron desde el sindicato.
Ahora, los árbitros exigen a los clubes asumir su responsabilidad en la educación de sus aficionados, ya que ni siquiera los árbitros adolescentes están a salvo y la incógnita ya no es si ocurrirá otra agresión, sino cuándo será la próxima.