Los superclásicos que el River de Gallardo jugó en plena crisis

A pesar de lo sorprendente que pueda parecer, considerando las expectativas generadas por el regreso de Marcelo Gallardo al club y la significativa inversión realizada para formar un plantel competitivo (70 millones de dólares desde 2024 en adelante), River está atravesando una profunda crisis futbolística. Arrastrando el desgaste del primer semestre, donde sufrió golpes como la final perdida ante Talleres y la eliminación ante Platense en Apertura, además de una participación tibia en el Mundial de Clubes, fue eliminado en cuartos de Libertadores, acumuló una racha histórica de derrotas como local en el Clausura (perdiendo posiciones en la clasificación a Libertadores ’26) y cayó en semifinales de la Copa Argentina. Con un rendimiento colectivo (e individual) muy por debajo de lo esperado, Gallardo se encuentra abatido, incapaz de encontrar la solución para revertir la situación. La permanencia del entrenador en 2026 está hoy en duda.

El próximo domingo se disputará el clásico de clásicos en la Bombonera. En la fecha 15 del Clausura, un Boca en ascenso recibirá a este herido River. Este será el tercer encuentro en toda la era Gallardo, considerando también su primer ciclo. En dos ocasiones anteriores, el CARP de MG se enfrentó a su eterno rival en medio de un periodo negativo, pero en esta ocasión, la crisis es mucho más profunda. ¿Qué sucedió en esos encuentros previos y cómo salió de esos Superclásicos?

Las esperanzas de River estaban centradas en la Libertadores. En semifinales, se encontró con Lanús; en la ida había ganado 1-0 y en la vuelta llegó a estar 2-0 arriba. La historia es conocida: el Grana revertió el global en una serie memorable, logrando un 4-2 en esa revancha para clasificar a la final. Un golpe muy duro de asimilar para River.

Ya en noviembre, solo cinco días después de aquella eliminación (30 de octubre de 2017), la Banda se enfrentó a Boca por el torneo local en el Monumental. Fue el día de la célebre frase de Enzo Pérez “inventaron el VAR”, refiriéndose al perjuicio recibido por el arbitraje contra Lanús. River demostró presencia en el clásico tanto desde lo futbolístico como desde lo anímico, pero la victoria fue para el Xeneize, dirigido por Guillermo Barros Schelotto, con un resultado de 2-1, goles de Edwin Cardona y Nahitan Nández; Leonardo Ponzio había empatado momentáneamente.

Tras este partido, el equipo de Gallardo reagrupó fuerzas y logró cerrar el año alcanzando el objetivo que le quedaba: conquistar la Copa Argentina. Pese a haber perdido tres de sus cuatro partidos en la Superliga (contra Newell’s, Gimnasia e Independiente; solo venció a Unión), se impuso en los mano a mano de la otra competición. Derrotó a Morón y a A. Tucumán para levantar el trofeo, una forma de atenuar lo sucedido en el plano internacional.

Con la resaca aún presente por lo vivido con Lanús en 2017, River no inició bien su 2018, a pesar de la significativa inversión destinada a reforzarse (20 millones de dólares con la llegada de Franco Armani, Juanfer Quintero, Bruno Zuculini y Lucas Pratto). En ocho partidos entre torneo local y Libertadores, solo había conseguido doscientos dos (tres empates, tres derrotas) y el equipo no mostraba señales positivas en el rendimiento. Todo cambió el 14 de marzo, durante la final de la Supercopa Argentina en Mendoza contra un Boca que lideraba el torneo local y era el gran favorito. La situación era próspera para el Xeneize, mientras que para Gallardo y su equipo, se comenzaba a dudar de su futuro si el resultado no era favorable.

Con un Franco Armani que empezaba a escribir páginas doradas en el club, River se llevó el triunfo 2-0 en el Malvinas Argentinas, con goles de Pity Martínez y Nacho Scocco. Se adjudicó el clásico y levantó la Supercopa. Para la historia, quedó la frase irónica de MG en conferencia de prensa: “Jugar mal estos dos meses fue parte de la estrategia. Boca no sabía cómo jugábamos”.

Impulsado por esa victoria, River se liberó y continuó con buenos resultados que le permitieron cerrar el primer semestre de manera positiva, con una idea futbolística más consistente, lo que llevó a un segundo semestre histórico con la conquista de la Libertadores. Además, alcanzó la semifinal de la Copa Argentina y, por si fuera poco, se impuso en el último clásico contra Boca en septiembre por el torneo local.

Aunque ya contaba con otro técnico, River llegó al clásico de la Copa de la Liga Profesional 2023 envuelto en una controversia interna entre el DT Martín Demichelis y los jugadores, tras el recordado off gate del técnico con los medios: una charla privada en la que hizo críticas a algunos de sus jugadores y que se filtró. Este hecho provocó un quiebre en la relación con Micho.

A pesar de esto, River se presentó en la Bombonera el 1 de octubre, enfrentando a un Boca alternativo bajo la dirección de Jorge Almirón (quien apuntaba a la Libertadores). Y se quedó con el clásico, venciendo 2-0 con goles de Salomón Rondón y Enzo Díaz. Dos meses después, fue eliminado en semifinales de playoffs de la Copa de la Liga ante Rosario Central, pero cerró el año ganando el Trofeo de Campeones contra el mismo Canalla.